Así lo sostuvo la Cámara de Productores Operadores Mayoristas Fruthortícola del Mercado Central de Buenos Aires. Pase y vea por qué.
El precio de la papa se transformó en una cuestión de Estado ya que en ciertos supermercados o verdulerías llega a a valer alrededor de $ 1.000 el kilo, algo que no se condice con la realidad productiva del país de este tubérculo vital para la mesa de los argentinos, y en ese marco desde la Cámara que agrupa a los productores denunciaron un abuso por parte de los intermediarios.
Desde la Cámara de Productores Operadores Mayoristas Fruthortícola (COMAFRU), que opera en el Mercado Central de Buenos Aires, informaron que la bolsa de 19 kilogramos “de buena calidad (comercial)” se cobra $ 4.300; es decir, $ 226 el kilo.
“Por ser el producto masivo más consumido, y que es estacional todo el año, no puede ser remarcado con más de un 40 %; o sea que el público consumidor debería abonar por la papa no más de $ 310 el kilo”, se señaló a través de un comunicado.
En ese marco, desde la COMAFRU agregaron que el Mercado Central, que es de gestión pública, “debería consultar a los productores introductores de mercadería” y “dar un precio sugerido al público consumidor”.
“Esto solo requiere trabajo que daría un gran beneficio y un respiro a la sociedad”, expusieron.
Los que llevan el alimento a la gente sostiene que las causas de este desmadre en los precios se debe a “eventos climáticos adversos”, con un pronóstico de descenso de valores para las próximas semanas, aunque los costos hoy por hoy son extremadamente elevados.
Vale recordar que, a fines de junio, la papa rondaba los $ 380-400 el kilo y, según la medición de la Asociación Consumidores Libres, a fines de agosto la papa negra llegó a costar $ 650, acumulando en el mes un 25 % de incremento y un 120 % en lo que va del 2023.
De este modo, junto a los huevos, el azúcar, el tomate y la naranja, la papa se convierte en uno de los productos de la canasta básica de alimentos que más subió en el año.
Fuente: ANDigital
