El exjuez de la Corte Suprema cuestionó la invasión del Gobierno ecuatoriano a la Embajada de México en Quito y aseguró que cabe preguntarse si no se cruzó un “punto de no retorno”.
El exjuez de la Corte Suprema de Justicia, Raúl Zaffaroni, condenó el accionar del Gobierno ecuatoriano a cargo de Daniel Noboa por la irrupción de este fin de semana en la Embajada de México en Quito y secuestró al exvicepresidente Jorge Glas, quien estaba asilado y con protección diplomática.
En diálogo con AM750, Zaffaroni planteó que cabe preguntarse, en este escenario, si no se cruzó un “punto de no retorno”. Y aunque aseguró que en lo personal no cree en estas instancias, señaló que nunca antes en la historia de la región había sucedido un atropello de semejante magnitud.
Zaffaroni recordó que ni siquiera la dictadura chilena de Augusto Pinochet irrumpió en la Embajada de Italia en Santiago cuando el jardín de la sede diplomática estaba repleta de carpas con refugiados políticos. Es decir, en Ecuador se vivió algo que no pasó “ni las peores y más sangrientas dictaduras” de la región.
A lo que Zaffaroni agregó: “Es cierto que en numerosos casos se negaron los salvoconductos de salida. Esto era otra cosa. El derecho de asilo diplomático fue respetado por todos, menos ahora por este joven oligarca Noboa y su curiosa ministra de Relaciones Exteriores, Gabriela Sommerfeld.
“El niño bien de la oligarquía ecuatoriana es un digno sucesor del banquero Lasso, que llamó a elecciones para evitar ser destituido por los vínculos con el narcotráfico. Y de su sucesor naturalmente, el traidor político y delincuentes Lenín Moreno, a quien se le encontraron algunos millones de dólares en los Panama Papers”, contextualizó.
Y añadió una dura denuncia: “Lo cierto es que el actual presidente de Ecuador, el bebé Noboa, ha montado una verdadera dictadura con ayuda norteamericana para controlar el desastre que hicieron estos dos predecesores que destruyeron a la policía y convirtieron a Ecuador en un caos paradisíaco del narcotráfico y de todas las mafias imaginables. En el fondo, brilla el odio a Rafael Correa”.
Fuente: Página|12