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Malvinas y el hallazgo de 44 fotografías que buscan su propia historia

En 2020, Edgardo Esteban, excombatiente y actual director del Museo Malvinas, supo que varios de sus objetos personales, como su cédula de soldado y un rollo de fotografías, habían sido subastados en la plataforma eBay, en Londres, como “trofeos de guerra”.

Por Juan Martín Porto

Unas 44 fotografías que formaron parte de un lote de objetos tomados como botín de guerra por fuerzas británicas al finalizar el conflicto bélico del Atlántico Sur de 1982 podrán ahora ser restituidas a excombatientes, a partir de un trabajo de investigación que lleva adelante un grupo interdisciplinario del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, con colaboración del prestigioso Equipo Argentino de Antropología Forense (Eaaf).

El trabajo, que realiza el grupo encabezado por el excombatiente Mario Volpe, tiene un objetivo “reparador y un profundo sentido de justicia” hacia quienes se les “arrebató parte de su identidad y de su historia” con la sustracción de esas fotografías, indicó en diálogo con Télam Edgardo Esteban, veterano de guerra y actual director del Museo Malvinas.

El equipo de investigación encara por estos días la primera fase del trabajo, con la digitalización e identificación de las 44 fotografías que, tras intensas gestiones diplomáticas y una denuncia penal, llegaron recientemente al país junto a la cédula militar restituida al propio Esteban.

El 24 de abril pasado, cuarenta años después de la guerra, el director del Museo Malvinas recibió sus documentos personales sustraídos al momento de la rendición de las tropas argentinas, en el marco de un emotivo acto en el Palacio San Martín.

En julio de 2020, Esteban tomó conocimiento de que varios de sus objetos personales, como su cédula de soldado y un rollo de fotografías, habían sido subastados en la plataforma de comercio virtual eBay, en Londres, como “trofeos de guerra”, gracias al aviso que le había dado la periodista Alicia Panero.

Los objetos fueron sustraídos 40 años atrás mientras Esteban. junto a otros solados. se encontraba prisionero y embarcado en el buque británico SS Canberra que llevaba al continente a las tropas que habían sido derrotadas en las islas. A partir de ese momento, se desencadenaron una serie de acciones que culminaron con la entrega de las pertenencias, lo que consolidó así un precedente para casos similares.

“Esas fotografías, en las que puede haber alguno de mis compañeros, fueron parte del lote en el que se remató mi cédula militar, es decir, parte del botín de guerra de todos los objetos personales que, salvo las cartas, los británicos nos sustrajeron cuando nos requisaron al subir al Canberra”, sostuvo Esteban, además periodista y guionista.

Pasados 40 años, algunas de esas fotografías (las menos) se encuentran dañadas y, por lo tanto, se dificulta visibilizar situaciones, paisajes, locaciones o quiénes son los solados que se ven en esas imágenes. No obstante, gran parte de ellas está en muy buen estado de conservación pese al tiempo transcurrido.

Las imágenes

Un grupo de soldados argentinos con sus bolsos marchando por la ruta desde el aeropuerto hacia la ciudad y tomas aéreas del archipiélago y del Puerto Argentino son algunas de las imágenes que pueden verse en esas fotografías que -se estima- fueron tomadas en los momentos iniciales, antes de que empezara el enfrentamiento armado, el 2 de abril de 1982, del que este año se cumplieron cuatro décadas.

“Por las características que tienen muchas fotos, creemos que fueron sacadas en los primeros días allá, porque se ven compañeros con sus uniformes todavía bastante intactos, en los que no hay marcas como las que tuvimos después de estar más de 60 días con la turba, con la que ya estábamos mimetizados”, indicó Esteban, coguionista, junto al actual ministro de Cultura, Tristán Bauer, del film “Iluminados por el fuego” (2005).

Para el director del Museo, ubicado en el Espacio Memoria y Derechos Humanos, en la exEsma, la tarea encarada por el equipo de investigación permitirá “a los compañeros aún vivos y a sus familias armar el rompecabezas” de su propia historia.

Para ello, tras los trabajos de digitalización y puesta en valor de las fotografías, y con la colaboración del Eaaf, el equipo del Museo se ocupará de identificar y localizar a los verdaderos dueños de esas imágenes para su restitución definitiva, pero también para que sus protagonistas colaboren en la reconstrucción de los hechos y situaciones reflejadas en ellas.

Se estima que son unos 15 soldados argentinos los que aparecen en las fotos robadas, que hasta hace poco tiempo permanecían en manos británicas y que el pasado 11 de abril fueron entregadas en la Embajada argentina en Londres por la división antiterrorista de la policía británica.

“Queremos hacer un trabajo con la mayor seriedad y responsabilidad posible en lo que respecta a las identificaciones. Buscar nombre y apellido de quienes aparecen ahí. Hay una historia detrás de cada foto y heridas que seguramente para muchos se van a volver a abrir, entonces hay que hacerlo con mucha paciencia y respeto”, sostuvo Esteban sobre el pedido de colaboración al Eaaf.

El Eaaf es parte del Plan Proyecto Humanitario Malvinas que, encabezado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (Cicr), permitió la identificación de 119 combatientes argentinos enterrados sin nombre en el cementerio militar de Darwin.

Para esa tarea, un equipo de trabajo coordinado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos elaboró protocolos que permitieran obtener información de cada familia sobre su ser querido caído en Malvinas.

Con ese objetivo, se trabajó con el Cicr en la adaptación de protocolos del Eaaf de acuerdo a los requerimientos de dicha institución, una experiencia que, a pesar de las diferentes características, podrá ser muy útil en el abordaje a excombatientes y familiares para la tarea realizada, ahora, por el Museo Malvinas.

“No sabemos cuál es la situación de los compañeros que estuvieron en Malvinas y que aparecen en muchas esas fotos, si están vivos o no. Entonces, queremos hacer un trabajo con los mayores cuidados para poder encontrar a algunos de ellos y que nos ayuden o nos den una orientación sobre lo que aparece en esas imágenes”, dijo Esteban.

Al respecto, apuntó: “Consultamos al Eaaf para llevar adelante un procedimiento parecido al que hace esa institución cuando se identifican los restos de los soldados enterrados como NN en el cementerio de Darwin: darles la información como corresponde a los familiares, respetando un protocolo. Buscamos hacer ese trabajo y por eso nos están asesorando”.

Para Esteban, la restitución de esas 44 fotografías, como la de su cédula militar, tiene una “potente significación simbólica”, pero también “marca un precedente” sobre cómo acabar con “parte de esta piratería que hay en relación a las pertenencias de los soldados que fueron tomadas como botín de guerra”.

“Hacer dinero con cosas que son personales, como mis documentos que se vendieron en 1.350 libras esterlinas, me parece una aberración que no puede existir”, graficó Esteban.

En ese sentido, bregó por que exista “un procedimiento que nos permita poder reclamar” los elementos sustraídos y agregó que “la recuperación puede servir para motivar y estimular a que otros excombatientes hagan lo mismo”.

“Reconstruir la identidad a partir del rescate de nuestra propia historia” es para Esteban parte central de este trabajo encarado desde el Museo Malvinas, que se reconoce en la lucha de los organismos de derechos humanos y que, al igual que Abuelas de Plaza de Mayo con la búsqueda de los nietos arrebatados en la última dictadura militar, sostiene la memoria colectiva.

“En un país en el que todavía estamos buscando los nietos, que yo me haya reencontrado con parte de mi identidad en esa cédula no es menor. Me parece que son símbolos de esos tiempos y esa construcción de lucha. No pasa el tiempo, ni con Malvinas, ni con lo que fueron aquellos días de horror. Es importante tener esa claridad de los que nos pasó y pasa”, concluyó Esteban.

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