Sociedad

Interna gremial: Ocupación, balas y heridos en la sede de la UTA

El enfrentamiento se produjo entre la fracción opositora que lidera Miguel Bustinduy, contra la conducción del actual e histórico Roberto Fernández. En octubre pasado, ante la renovación de autoridades, la lista del primero fue impugnada. Son once los heridos.


La sede central de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) en el porteño barrio de Once fue escenario de una de las más recientes y cruentas internas gremiales: un sector opositor a la conducción del actual e histórico secretario general, Roberto Fernández, copó el edificio en reclamo de mejoras para el sector, y con enojo por considerarse proscripto en los comicios de octubre pasado. El frente opositor es liderado por Miguel Bustinduy, hasta 2018 aliado.

Fue una jornada en la que hubo de todo: silbidos, cánticos, insultos, corridas, patada/trompada, un auto volcado, ocupación, amenazas y disparos.

Todo se inició tras una movilización desde Puente Pueyrredón en horas de la mañana. Desde ahí avanzaron los trabajadores choferes de la empresa de la línea 60 (DOTA), conducidos por Bustinduy hacia la sede central de Moreno 3800, reclamando mejoras salariales, el cede de despidos y, de mar de fondo, el enojo por la supuesta proscripción. Llegados ahí, el desastre.

Desde el oficialismo alertaron “violentos incidentes”; mientras la oposición alertaban de “ocho heridos” y que “las fuerzas de la infantería rodean al lugar”. Ya todo un caos, porque mientras los opositores ocupaban las primeras plantas de la sede, los dirigentes oficialistas y el propio Fernández se recluían en pisos superiores. Fuera, la policía persuadía con violencia, convocada por el mismo titular de UTA.Persuadido el enfrentamiento, la sede sindical fue destrozada durante el ingreso y permanencia de los liderados por Bustinduy, siendo once el saldo de heridos derivados a distintos hospitales de la zona.

“La respuesta la quisimos buscar desde el primer momento y nos cerraban la puerta. El sindicato está tomado por ellos. Pedimos que nos abran la puerta y empezaron a tirar tiros. Me apuntaron con una escopeta de doble caño. El paro (de la línea 60) va a seguir hasta que Roberto Fernández se vaya del sindicato”, acusaron los opositores.

“Fernández nunca se acercó a los trabajadores. Siempre estuvo escondido. Fue oficialista durante el macrismo y ahora permanece oculto, mientras los choferes no tienen para comer. Pedimos inmediatas elecciones libres y transparentes para que asuma una nueva conducción”, se exigió desde el frente opositor. 

Mientras tanto, Fernández atrincherado en la terrada del edificio, alertaba en comunicación a la prensa: “Me tomaron el gremio. Si suben, los mato a fierrazos”.

“Estoy mal. Este grupo de DOTA me tomó el gremio, lastimaron a todos. Estoy arriba del techo. A la policía la pasaron por arriba o no viene, no sé. A lo mejor son las últimas palabras que te digo”, advertía Fernández, notoriamente preocupado. (ANDigital)

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