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Con un busto de Jorge Julio López se recordó el testimonio que brindó hace 16 años

Un 28 de junio de 2006 el albañil y militante peronista sobreviviente de un secuestro durante la dictadura cívico militar brindaba un testimonio considerado “clave” para poder condenar por primera vez en el país al represor Miguel Etchecolatz como genocida.

Con la colocación de un busto de Jorge Julio López, el albañil y militante peronista sobreviviente de un secuestro durante la dictadura cívico militar y luego desaparecido en el 2006, se recordó que hace 16 años el hombre brindaba un testimonio considerado “clave” para poder condenar por primera vez en el país al represor Miguel Etchecolatz como genocida.

El busto de la cabeza de López luciendo la boina con la que fue a declarar el 28 de junio de 2006 fue colocado en el Jardín de la Memoria de la Unidad de Pronta Atención (UPA) de la localidad platense de Los Hornos, donde el testigo desaparecido solía militar en la década de los ´70.

“Mi viejo tenía su pertenencia acá y me gusta que su busto esté en un espacio público que es de todos y todas, que se logró con la lucha colectiva y creo que será la lucha colectiva la que alguna vez nos va a permitir saber qué le pasó a mi viejo”, reflexionó Rubén López, uno de los hijos del albañil, poco antes de descubrir el busto de su padre.

El 28 de junio de 2006, López relató su secuestro de fines de octubre de 1976, cuando un grupo de tareas comandado por Etchecolatz lo secuestró de su casa y luego mantuvo en condición de desaparecido en cuatro centros clandestinos de detención, donde sufrió torturas y vio torturar y asesinar a compañeros y compañeras de cautiverio.

López pudo identificar al represor Etchecolatz como quien participó del operativo de secuestro y como uno de los que les aplicaba torturas a él y a otros detenidos en el centro clandestino de Arana.

Con detalle y precisión, el albañil y militante peronista identificó a los hombres y mujeres que estuvieron detenidos en condición de desaparecidos en los mismos lugares que él, identificó a los represores que torturaban y describió los centros clandestinos en los que estuvo detenido, lo que permitió reconstruir el circuito represivo que funcionó en La Plata en aquella época.

Rubén López destacó que el testimonio de su padre “sigue siendo fundamental para cada juicio que posteriormente se hizo, hace unos meses se lo volvió a transmitir en otro juicio, que también condenó a Etchecolatz”.

“Fue fundamental porque fue una declaración muy puntual y se pudo condenar a Etchecolatz a perpetua por genocidio y permitió marcar justicia para los sobrevivientes y para los que no sobrevivieron como Patricia Dell Orto, Ambrosio De Marco y Norberto Rodas, las tres personas a quienes mi viejo vio fusilar en (el excentro clandestino de) Arana”, afirmó.

López recordó que su padre “quería declarar, estaba ansioso pero quería declarar aquel 28 de junio. Y también quería ir ese 18 de septiembre a oír los alegatos porque quería verle la cara a Etchecolatz”.

Ese 18 de septiembre de 2006, López salió de su casa, en Los Hornos, para dirigirse al Salón Dorado de la Municipalidad platense donde el Tribunal Oral Federal (TOF) N°1 de La Plata llevaba adelante el juicio y debía oírse en esa jornada los alegatos finales, pero el albañil nunca llegó al edificio municipal.

Con respecto a la causa que investiga el paradero de Jorge Julio López, Rubén López aguarda un relevamiento que se iba a hacer en el Cementerio de La Plata con los restos de 66 personas enterradas como NN en fecha cercana a la desaparición de su padre.

“Hasta el momento no han habido novedades, estaban chequeando papeles vinculados a cada resto pero no me han informado nada”, lamentó.

En el acto de descubrimiento del busto de Jorge Julio López estuvieron presentes familiares; Eduardo Castellanos, sobreviviente que declaró junto a Jorge Julio López; familiares de desaparecidos de la dictadura como Claudia Favero y Jesús “Tito” Plaza; y familiares de víctimas de la policía bonaerense en democracia como Rosa Schonfeld, madre del estudiante Miguel Bru y Mirna Gómez, esposa de Andrés Núñez.

En el homenaje se oyó también un mensaje grabado enviado por la Madre de Plaza de Mayo Taty Almeida, quien lamentó no poder estar presente en el homenaje para poder decir junto a todos y todas “Jorge Julio López, presente, ahora y siempre”.

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