Arte & Historia

A 48 años del día que la dictadura silenció a Rodolfo Walsh

El 25 de marzo de 1977, un día después del primer aniversario del golpe de Estado en Argentina, Rodolfo Walsh, periodista y escritor, fue emboscado y secuestrado por un grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Horas antes, había enviado por correo su «Carta abierta a la Junta Militar», un texto valiente y contundente donde denunciaba las atrocidades del régimen militar.

Rodolfo Walsh fue un periodista, escritor y militante político argentino, nacido el 9 de enero de 1927 en Choele Choel, provincia de Río Negro, y desaparecido el 25 de marzo de 1977 en Buenos Aires. Es reconocido por su destacada labor en el periodismo de investigación y por su compromiso político, especialmente durante la última dictadura militar argentina (1976-1983).

Walsh es considerado un pionero del periodismo de investigación en Argentina. Su obra más emblemática es «Operación Masacre» (1957), un libro que reconstruye los fusilamientos clandestinos de civiles ocurridos durante la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu en 1956. Esta obra marcó un hito en el periodismo argentino al combinar la investigación periodística con la narrativa literaria.

La «Carta abierta a la Junta Militar» se convirtió en un símbolo de resistencia y denuncia contra la dictadura. En ella, Walsh detallaba las sistemáticas violaciones a los derechos humanos, las desapariciones forzadas, la tortura y el terrorismo de Estado. Además, analizaba el plan económico de la Junta, al que calificaba de «miseria planificada».

El secuestro y la desaparición

El secuestro de Walsh ocurrió en la intersección de las calles San Juan y Entre Ríos, en Buenos Aires. Un grupo de tareas de la ESMA lo interceptó y, tras un enfrentamiento, se lo llevó. Su cuerpo nunca fue encontrado.

Llevaba con él un maletín con los papeles de la compra de una casa en San Vicente, que estaban a nombre de Norberto Freyre, el nombre que había usado cuando investigó los asesinatos de José León Suárez para Operación Masacre. A esa casa, que Walsh compartía con su mujer Lilia Ferreyra, fueron los militares el día siguiente para saquearla.

Según testimonios surgidos en los juicios ESMA II y III, los cuerpos de las víctimas de la dictadura eran quemados y enterrados en un campo de deportes ubicado detrás de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Este predio, conocido como «Cabo Primero Ernesto del Monte», perteneciente a las Fuerzas Armadas y situado en el barrio de Núñez, se convirtió en un punto clave en la búsqueda de los restos de Walsh.

Los testimonios revelaron que los cuerpos eran trasladados al predio, donde se incineraban en una gran parrilla construida en la herrería de la ESMA. Para acelerar el proceso, se utilizaba combustible y neumáticos en desuso, en un macabro ritual que los genocidas denominaban «el asadito».

A pesar de las prospecciones realizadas en el predio por el Equipo Argentino de Antropología Forense, la búsqueda no ha arrojado resultados concluyentes. La complejidad del terreno, rellenado en múltiples ocasiones, dificulta la tarea. Sin embargo, la investigación continúa, impulsada por la esperanza de encontrar los restos de Walsh y otras víctimas.

A 48 años de su secuestro, el legado de Rodolfo Walsh sigue vivo. Su «Carta abierta» es un testimonio fundamental de la lucha por los derechos humanos en Argentina y un recordatorio de la importancia de la verdad y la justicia.

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