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Daniel Filmus: “La ciencia y la tecnología deben ser políticas de Estado, con la federalización como tema central”

El nuevo ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación expresó en diálogo con Télam que imagina “una ciencia y una tecnología muy vinculadas a las economías regionales y a las necesidades de cada provincia y municipios”.


Por Guillermo Lipis

El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, destacó este sábado la gestión de su antecesor, Roberto Salvarezza, ratificó que “continuará las políticas iniciadas” y que buscará promover y consensuar “políticas de Estado que mantengan una perspectiva que no destruya las líneas de ciencia e investigación que estamos creando”.

Filmus recibió a Télam en su despacho de la cartera, el cual desde el lunes pasado comenzó a poblarse de objetos que lo hacen más habitable a su gusto y personal, como un mástil de pie con la bandera de su San Lorenzo querido.

Nadie discute sus gustos futboleros, pero al advertir que cronista y fotógrafo observaron el paño azulgrana, reconoció que su equipo “anda mal”.

En cambio, Filmus dijo sentirse entusiasmado con su nueva función al frente de un ministerio al que consideró “muy bien gestionado”.

“Tenemos que apostar a desarrollos tecnológicos muy apropiados a la realidad local, pero también asegurando que sean de calidad”

“Me toca asumir luego de una gestión como la de Roberto Salvarezza, que no solo fue muy buena, sino que tuvo la misma dirección que encararemos nosotros ahora”, dijo Filmus ya sentado frente a su escritorio.

Antes, en el 2003, a cargo de la cartera de Educación, Ciencia y Tecnología, la “tarea fue de reconstrucción, refundación y fortalecimiento. Ahora me toca asumir luego de una gestión como la de Salvarezza, que no solo fue muy buena, sino que es la misma dirección que encararemos nosotros ahora”, explicó.

Télam: ¿Eso significa que continúan todos los proyectos? ¿Qué otros encararán durante su gestión?

Daniel Filmus: Este jueves estuvimos trabajando con todas las provincias en la asamblea del COFECyT (Consejo Federal de Ciencia y Tecnología), en la cual firmamos convenios de fortalecimiento de gestión de la ciencia y la tecnología con las 24 jurisdicciones por más de 100 millones de pesos. Tratamos la federalización de la ciencia y la tecnología y las agendas territoriales del Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030.

La ciencia y la tecnología deben ser política de Estado, en la que uno de los temas centrales sea la federalización. Hay que generar un núcleo central de políticas de mediano y largo plazo para desarrollar más allá de cualquier mirada partidaria. Hay que crear una conciencia social sobre la importancia de la ciencia y la tecnología para transformar el sistema productivo y superar las crisis cíclicas. Estamos trabajando en esta línea de federalización porque la Argentina tiene una desigualdad enorme en su aparato científico tecnológico a favor de la región centro, y en particular de la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires.

T.: ¿Usted habla de infraestructura?

D.F.: No solo. El 90 por ciento de la investigación está en la región Centro. Es una desigualdad mayor todavía que la de la riqueza porque siempre tuvimos algunos gobiernos que no consideraron las necesidades regionales. Imaginamos una ciencia y una tecnología muy vinculadas a las economías regionales y a las necesidades de cada provincia y municipios. Las necesidades productivas, o esta idea central de transformar el modelo productivo y la matriz de producción y exportaciones obliga a pensar cómo hacer para llegar a cada lugar y transformar eso que se dice y no se hace, que es generar valor agregado en el mismo lugar donde se produce de manera de dar más trabajo a las economías regionales.

“La Argentina tiene una desigualdad enorme en su aparato científico tecnológico a favor de la región centro”

T.: ¿Esto significa que, por ejemplo, profundizarán el desarrollo de los centros de investigación regionales del Conicet?

D.F.: Por supuesto, y lograr lo que se llama discriminación positiva. Tendrán más fuerza de ser aprobados aquellos proyectos o programas que estén radicados en zonas más desfavorables. También favoreceremos la instalación de investigadores en esos lugares porque de nada sirve tener infraestructura o instrumental si no se radican los profesionales aptos para desarrollar una investigación. Por eso hay programas, los cuales incluso ya inició Salvarezza, que tienen que ver con esta voluntad de favorecer con más becas, carreras de investigadores y acompañando con recursos, por ejemplo, a los que retornan al país con el Programa Raíces, o a quienes quieran instalarse en ciudades del interior. Tenemos que apostar a desarrollos tecnológicos muy apropiados a la realidad local, pero también asegurando que sean de calidad. Porque el otro tema es que la discriminación positiva termine en circuitos científicos de calidad.

T.: ¿Qué proyectos avizora a corto plazo?

D.F.: El litio, por ejemplo, que tiene que ver con la transición energética para pasar de energías hidrocarburíferas a otras limpias. Otro ejemplo es avanzar en un área prioritaria como el Atlántico Sur y la Antártida, donde a través del Programa Pampa Azul siete carteras están trabajando y hay una inversión enorme de este ministerio. Las riquezas que hay ahí son enormes y (están) poco investigadas todavía. Otro ejemplo muy interesante es una línea de trabajo financiada por el BID dedicada a nuevos organismos de investigación interinstitucionales, que crea nuevos organismos a partir de la interacción de otros preexistentes. Al respecto, en Ushuaia no hay un centro de investigación antártica. El único que tenemos es el Instituto Antártico Argentino que depende de la Cancillería. El Instituto, junto con la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, el Conicet y la Municipalidad, trabajan en la creación de un instituto en un claro ejemplo de articulación en el que no tenemos que empezar desde cero, sino que integramos experiencias, instituciones y el trabajo que ya vienen realizando. También seguiremos apoyando al proyecto de los satélites Saocom, no sólo porque es desarrollo tecnológico, sino por el derrame de su producto, por ejemplo, en las economías regionales.

T.: ¿Este tipo de sinergias y articulaciones son posibles de realizar?

D.F.: En la reunión del COFECyT informamos que estamos realizando 83 obras de infraestructura en las provincias para crear espacios de trabajo, porque no pueden radicarse investigadores si no hay laboratorios y equipamiento y buscamos un criterio federal en la utilización de recursos. Y le doy otro dato que lo va a asombrar: se acaba de aprobar la Ley de Financiamiento de Ciencia y Tecnología que lleva del 0,28% la inversión en ciencia y tecnología al 1 por ciento en diez años. Esto hace que crezca del 0,28 a 0,31 por ciento, lo que implica que el actual presupuesto de 7.000 millones de pesos pase a 23.000 millones de pesos el año que viene. La Argentina tomó una decisión votada por unanimidad en el Congreso, es decir que estamos hablando de una política de Estado.

T.: ¿Qué ejemplos urgentes deben abordarse?

D.F.: El más urgente, en el mundo, es la pandemia de coronavirus. La Argentina fue uno de los pocos países que pudo crear un test propio de detección de Covid. Además, tenemos cuatro proyectos financiados al mismo tiempo para crear la vacuna contra el coronavirus; invertimos en todos porque hay que tener distintos caminos para que alguno sea exitoso. También nos dimos cuenta que Argentina perdió la capacidad, que sí tuvo antes, de fabricar vacunas. Por suerte, tenemos una gran capacidad de vincularnos con otros ministerios, así que estamos haciendo un trabajo con Salud en el desarrollo de un instituto de fabricación de vacunas para no pagar más patentes en el exterior, y disponer de autonomía. Si hay algo que demostró la pandemia es la importancia que tiene la desigualdad del desarrollo científico tecnológico en la calidad de vida de las personas. Hay países que van por su tercera dosis de vacunas y otros tienen el 2 por ciento de su población vacunada. Esa desigualdad, que la sufrimos tanto y nos costó tantas vidas, nos indica por qué tenemos que invertir en ciencia y tecnología.

“Estamos haciendo un trabajo con el ministerio de Salud en el desarrollo de un instituto de fabricación de vacunas para no pagar más patentes en el exterior, y disponer de autonomía”

También tenemos el tema ambiental. No se puede resolver ningún tema ambiental sin el aporte de la ciencia y la tecnología, así que empezamos a trabajar con (el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan) Cabandié en esa dirección. El Ministerio de Desarrollo Productivo y la Agencia de Investigación Científico Tecnológica financia proyectos de 15.000 PyMEs, entonces con (el titular de esa cartera) Matías Kulfas trabajamos en estos aspectos; también tenemos otros proyectos con la Cancillería y la Dirección Nacional del Antártico. Este lunes estamos lanzando con el Ministerio de las Mujeres una línea de investigaciones con 50 millones de pesos para trabajar temas de género.

La contratación de científicos y técnicos contemplará las necesidades de las diversas regiones

El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, ponderó la decisión del Estado nacional de incrementar el plantel de científicos, el cual superó el número de 12.000 tras el anuncio de contratación de 820 investigadores por parte del Conicet, efectuado el viernes pasado.

“Esos investigadores fueron incorporados teniendo en cuenta las necesidades regionales y locales, y considerando a las provincias que cuentan con menor presencia de profesionales”, señaló el funcionario a esta agencia.

Télam: ¿La apertura de los centros a nivel federal producirá más incorporación de investigadores o solo reubicará a los que ya están trabajando?

Daniel Filmus: El viernes informamos la incorporación de 820 investigadores e investigadoras al Conicet y se alcanzó un récord histórico de científicos y técnicos en la Carrera de Investigador Científico y Tecnológico. Celebro que el Conicet haya alcanzado un récord histórico, que supera los 12.000 investigadores, pero hay que seguir incorporando científicos y técnicos allí porque son fundamentales para impulsar la investigación, el desarrollo y el crecimiento del país con el objetivo de transformar el modelo productivo. Estos investigadores fueron incorporados teniendo en cuenta las necesidades regionales y locales, y considerando a las provincias que cuentan con menor presencia de profesionales. Al buscar colocar a la ciencia y la tecnología en un lugar central de las acciones públicas y como política de Estado, con esas incorporaciones avanzamos en el cumplimiento de un objetivo propuesto por el presidente Alberto Fernández. Hoy, el Conicet tiene 11.377 investigadores e investigadoras, y en diciembre próximo ese número ascenderá a 11.465 en función de las personas que quedan incorporar de la convocatoria anterior, a quienes se sumarán los 820 anunciados, para superar los 12.000.

Filmus: “Hay que crear conciencia sobre la necesidad de políticas de Estado en ciencia y tecnología”

En otro pasaje de su entrevista con Télam, el flamante ministro de de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, se pronunció en favor de “crear conciencia respecto a la necesidad de políticas de Estado en ciencia y tecnología” porque “vimos que el neoliberalismo es capaz de tirar abajo conquistas que supusimos que habían llegado para quedarse”.

“No hay forma que un país progrese sin ciencia”, enfatizó el funcionario ante una consulta de esta agencia en la que abundó sobre cómo promover discusiones multipartidarias para promover políticas de Estado en las áreas que ahora le toca conducir.

Télam: Cuando empezó en el 2003 en el Ministerio de Educación tenía una mirada sobre la tecnología, la educación y sobre la formación de científicos. ¿Qué cambió en términos estratégicos?

Daniel Filmus: Cuando emprendimos ese proceso, creíamos que educación, ciencia y tecnología entraban era un proceso virtuoso del cual los argentinos nos íbamos a apropiar, como por ejemplo la Ley de Financiamiento, la de Educación Técnica, la de Educación Nacional, la de Paritarias Docentes. Pero resulta que no fue así porque vino un gobierno (el de Cambiemos) que en el discurso mostró que iba a haber continuidad (de hecho, mantuvo un ministro), pero en la práctica redujo el 40 por ciento el presupuesto de Ciencia y Tecnología y el presupuesto educativo del 6 por ciento del PBI bajó a 4,8 por ciento del PBI. Por eso está claro, ahora, que uno de mis trabajos es generar una política de Estado para la ciencia y la tecnología que no pueda ser tirada para atrás. La diferencia es que, antes, yo creí que esa política de Estado resistiría embates del neoliberalismo, pero vimos que ese neoliberalismo es capaz de tirar abajo conquistas que supusimos que habían llegado para quedarse. Así que, para mí, en los próximos dos años -entre otras cosas- hay que crear conciencia respecto a la necesidad de políticas de Estado en ciencia y tecnología.

T.: Pero esas políticas de Estado habría que acordarlas con la oposición.

D.F.: Por supuesto que sí, porque cuando son oposición, como la inversión la hace el Estado -y ellos no están en el Ejecutivo- la votan como votó buena parte de la oposición la Ley de Financiamiento Educativo, que después no cumplió cuando fueron gobierno. ¿Qué le reclamamos a Esteban Bullrich? Por ejemplo: cuando fue diputado votó la ley y, luego, como ministro no la cumplió.

T.: ¿Y cómo se acuerda sobre esta idea?

D.F.: Es una cuestión de discusión. Hay sectores bien intencionados que tienen otra concepción respecto de la relación Estado mercado, pero que en el tema científico tienen que entender que no estamos diciendo que se aplique la política de Corea del Norte, sino la de Europa o Israel. No hay forma de que un país progrese sin ciencia. No hay país que haya cambiado su matriz de desarrollo, su composición de exportaciones, o generado trabajo sin el aporte de la ciencia y la tecnología. Quisiéramos que se mantenga una perspectiva que no destruya las líneas de investigación que estamos creando en estos cuatro años.

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