El actor y director mendocino se sumó a El Ritmo de mi Calle con un taller que enseña a incorporar técnicas teatrales al hip hop. “No hay que quedarse con lo clásico, hay que buscar ser un artista integral”, dice Bodoc que participó en Río Cuarto y San Luis, en el inicio de la temporada 2023.
En esta nota, cuenta sobre el taller, cómo es incorporar técnicas de teatro al hip hop, el trabajo del cuerpo, la importancia de una buena técnica pero, sobre todo, de saber sostenerla en el tiempo, entre otras cosas:
¿Cómo es incorporar técnicas teatrales al hip hop?
Esto surge de la convocatoria que me hace El Ritmo de mi Calle, que tiene que ver con esto de la diversidad de herramientas, de no quedarse con lo clásico o lo estándar o con lo que va directo a la información que uno requiere para su arte, sino de ser integral, de ser un artista integral, de completarse con herramientas que después quizás un artista no se dedique al teatro pero esas herramientas que incorpora le van a permitir ampliar el espectro de lo que puede hacer en su arte, ya sea el hip hop, el freestyle, la danza, etc. Estoy convencido que el teatro es una experiencia milenaria y arrastra una sabiduría ancestral de la humanidad que tiene que ver con como utilizar el cuerpo, como proyectar el cuerpo, la expresión, la voz y esa herramienta es universal y le puede servir a cualquiera.
En su taller dice que algunos nacen con una mayor facilidad técnica que otros pero que hay que trabajarla y desarrollarla.
A veces es más difícil de entender porque el elemento es el cuerpo, en un músico uno entiende, sabe que se tiene que formar para aprender, ir soltando el instrumento y después componer y tocar; el pintor lo mismo, tiene que practicar la técnica, la línea, la curva, el color. En el cuerpo en definitiva es lo mismo, uno tiene que modelarlo, aprender cómo usarlo, cuál es el espacio, el tono, el ritmo, entonces puede hacer de eso un lienzo, una partitura.
¿Trabaja con artistas urbanos?
Directamente esta es mi primera experiencia con el mundo del hip hop en sí, pero tenemos muchas experiencias de teatro urbano, de intervenciones callejeras, de acciones performáticas donde utilizamos mucho el recurso del hip hop, de los ritmos modernos y urbanos, también del rock. Personalmente amo el rap y el hip hop desde muy joven.
¿Cómo fueron estos primeros talleres?
Siempre digo que uno aprende también cuando enseña y en estos encuentros me topé con una dificultad que fue la enorme diversidad, había niñes, había adultes y eso a veces complejiza la tarea, me entregué a eso y me encontré con un grupo muy dispuesto, con muchas ganas de jugar, que se fueron soltando. También esta ejercitación permite superar al miedo al ridículo que a veces nos deja estáticos o sin reacción; es reflejarse en el otro y darse cuenta de que todos somos muchos más parecidos de lo que creemos, no importa quien seas, que tamaño tengas, que color ni que nombre.
¿No alcanza solo con el talento para ser un buen artista en escena?
Creo y pregono un arte popular, un arte obrero, en el que el artista no es diferente a un trabajador, no es diferente a un profesional, no es alguien iluminado ni elevado, es alguien más que lo que hace es expresar, genera empatía, genera maravillas muchas veces pero no hay que olvidar que es un ser humano que está trabajando y que si trabaja más duro va a dar un mejor resultado, más allá del talento que tenga.
¿Qué le dejó El Ritmo de mi Calle?
Es un programa fundamental y actual, creo que es algo que debía pasar porque el hip hop, el rap y todos sus derivados hoy impactan mucho en la juventud y en la sociedad en general. Me parece muy bien que el estado tome las riendas de eso y de espacio a los chicos y a las chicas para que puedan competir, expresarse, aprender, ver shows, me parece fantástico que los recursos se usen de esta manera.
