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Gabriel Drak: “Los últimos románticos es una película 100% rioplatense”

EscribiendoCine dialogó con Gabriel Drak, director de Los últimos románticos (2019), película que se centra en Perro y Gordo, dos grandes amigos que viven en un pequeño pueblo costero y reparten su tiempo entre el ocio, el rebusque y el divague. Un hecho producto de la casualidad o quizás el destino los pone frente a una oportunidad única que cambia sus vidas para siempre. “Los últimos románticos es una buddy movie que transcurre en mi lugar en el mundo”, sostuvo el cineasta.


Los diferentes acontecimientos de la película se contextualizan en un pequeño pueblo costero ¿cómo nació la historia del film?

Sabía que quería hacer una buddy movie, tenía muchas ganas de entrarle al género, quería que tuviera mucho de comedia negra y que también tratara sobre personajes decadentes, sobre gente que busca una segunda oportunidad. Ese pueblo es una parte muy importante de mi vida porque yo ahí he pasado al menos un mes todos los años de mi vida, así estuviera viviendo lejos yo regresaba a ese lugar a pasar mis vacaciones. En ese pueblo incluso he llegado a tirar las cenizas de un perro al que quise muchísimo, entonces, lo considero, de cierta forma, mi lugar en el mundo. También tiene mucho que ver el hotel donde transcurre gran parte de la película porque ahí pasé gran parte de mi infancia y adolescencia. Fue así que una cosa disparó la otra y así nació una buddy movie que transcurre en mi lugar en el mundo.

Si bien cada personaje tiene sus intereses particulares, la codicia es uno de los ejes que atraviesa a varios de ellos ¿cómo fue el abordaje de este “deseo humano” dentro de la ficción?

Para algunos, la codicia es el más común de los pecados capitales, para otros, simplemente una característica común inherente al ser humano, todos codiciamos algo con vehemencia ya sea material o referido a realizaciones espirituales. En este caso, los protagonistas de la película quieren solucionar problemas mucho más terrenales y precisamente es ese camino el que los va llegar a un final de perdición o de redención, siguiendo la vía de la codicia.

Los personajes son conocidos con apodos como El perro, El gordo, y La flaca ¿Qué te condujo a presentarlos a partir de sus apodos?

Yo creo que esta película cumple con casi todas las reglas de la comedia negra y, al mismo tiempo, las reglas están para romperse. Entonces, seguí un poco un cliché de comedia negra que es el de nombrar a los personajes por apodos y no directamente por nombres. Por otro lado, en esta historia tienen importancia los apellidos.

Juan Minujín y Néstor Guzzini personifican a los protagonistas del film ¿qué criterio tuviste en cuenta para la selección de la dupla de actores?

En primer lugar, cuando uno pronuncia esos nombres se los asocia inmediatamente con la palabra talento. En el caso de Juan Minujín, había visto el arco completo, ya que lo vi tanto en drama como en comedia y cómo él se desenvuelve en ambos géneros y en todo lo que hay en el medio, con la calidad y comodidad con que lo hace, sin dudas es uno de los grandes actores de su generación. En el caso de Néstor Guzzini, lo mismo, es un camaleón que se caracteriza por la búsqueda de la perfección. Fue una alegría verlos interactuar en los ensayos y ver ahora la película y poder decir: ‘Ahí está’.

Los últimos románticos es una coproducción argentina-uruguaya ¿cuáles fueron los desafíos de afrontar el trabajo conjunto y cómo se llevó adelante?

Es una película 100% rioplatense porque es tan argentina como uruguaya y tan uruguaya como argentina. En el caso de los equipos de trabajo para mí son maravillosos. Creo que casi todas las películas uruguayas tienen técnicos y actores argentinos y en casi todas las películas argentinas encontras uruguayos. En este caso, hay que admitir que los técnicos argentinos suelen pedirles a los uruguayos el mate, eso es así, el mejor mate en los rodajes suele ser el uruguayo (risas).

Yo creo que las dificultades que surgieron en algún momento del proyecto tuvieron que ver con la coyuntura económica y cambios que surgieron a partir de eso. El momento en el que se hizo la película fue un tiempo en el que esas cosas de alguna forma estallaron, pero no tenían nada que ver ni con la coproducción ni con el equipo ni con el cast, los únicos percances tuvieron que ver más que nada con la coyuntura económica argentina.

Sobre el futuro estreno comercial del largometraje ¿qué mensaje buscas que llegue a los espectadores?

El mensaje que tengo más que nada es que vayan a ver la película el primer fin de semana, es obligatorio. Hay que ir el primer fin de semana porque, como todos saben, es cuando se decide la permanencia o no de la película en las salas. No van a salir defraudados, sino que van a ver una comedia negra, una buddy movie que habla sobre la amistad y la codicia; es una película muy entretenida realmente.

En cuanto a tu futuro en la industria cinematográfica ¿estás trabajando en algún otro proyecto actualmente o tenés alguna idea desarrollada en mente?

Uno siempre tiene ideas y proyectos nuevos. En este momento estoy desarrollando un proyecto televisivo que está bastante avanzado y, por otro lado, hay un montón de ideas que hay que concretarlas y, en este rubro, si hay algo que uno tiene que tener es paciencia porque lleva mucho tiempo cada proyecto.

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