La promoción de vuelos nocturnos ofrece pasajes a Bariloche por unos $23.500. Permiten disfrutar de la Navidad, Fin de Año o la Fiesta de la Cerveza en la ciudad de la Patagonia.
Con una “súper promo”, Aerolíneas Argentinas lanzó vuelos a distintos destinos del país en horarios nocturnos y a precios promocionales. Uno de esos lugares es Bariloche y el costo final, es decir, con impuestos incluidos, equivale aproximadamente a $23.500. El valor corresponde a cada tramo a partir del 31 de octubre y ya se pueden hacer las reservas.
La promoción de la línea de bandera corresponde a vuelos diarios programados entre las 23 y las 3. Con ella los viajeros podrán disfrutar del verano, y en el caso de la ciudad patagónica, se abre una oportunidad única para disfrutar de los eventos especiales como la Navidad o la Fiesta de la Cerveza, entre otras opciones disponibles en Bariloche.
El descuento es tal que los pasajeros pagarán entre un 30% y un 50% menos en comparación con otras tarifas más económicas de Aerolíneas Argentinas. Los tickets para estos vuelos nocturnos podrán adquirirse a través del sitio web oficial de Aerolíneas, mediante la app o desde agencias de viaje.
Bariloche, más allá de la nieve: Navidad, cerveza y playas especiales
Diego Piquín, Director Ejecutivo del Emprotur (Ente Mixto de Promoción Turística), celebró la promoción de la aerolínea y destacó que “Bariloche es un destino para todo el año y esta iniciativa nos acerca a muchos más turistas ahora”.
En ese marco, invitó a los visitantes a disfrutar del “inigualable circuito gastronómico barilochense, la tradicional feria del Centro Cívico, las excursiones, el senderismo, los paisajes y todo lo que la ciudad tiene para ofrecer”.
Un evento que ya se convirtió en un clásico de esa localidad es la “Navidad en Bariloche”, donde un árbol gigante especialmente decorado para la ocasión se emplaza en el Centro Cívico. Diferentes actividades que incluyen el famoso chocolate barilochense, música, cultura, concursos y más coronan la propuesta. Por supuesto, también Papá Noel dice presente para tal fecha.
“Si bien en verano tenemos turistas de todo tipo, los que eligen Bariloche en esa fecha son quienes buscan el aire libre, la naturaleza y la gran cantidad de playas de la ciudad”, reconoció Piquín. Asimismo, resaltó que “también hay gran demanda de excursiones en lagos, ríos, montañas, bosques y estepa”.
En cuanto a sus playas, Bariloche cuenta con algunas más urbanas, pero también con otras más alejadas. Ambas tienen un punto en común: los lagos más cristalinos del mundo para disfrutar con toda la familia.
Entre ellos destacan, por ejemplo, el Lago Guillermo, ubicado a 35 kilómetros del centro. Con un indistinguible tono verde esmeralda, el lago está protegido del viento por la formación de su entorno. Es una gran alternativa para pasar el día, acampar, y si hay caña, lanzarse a un buen rato de pesca deportiva.
Otro sitio a mencionar es el Lago Gutiérrez, que cuenta con varias playas y cascadas llanas que facilitan el acceso. Está rodeado de una geografía boscosa y sus aguas transmiten la calma con la que viven. Su templanza se debe a que son las lluvias la principal alimentación del lago, y es por eso que bañarse es una actividad habitual de los turistas.
Fuera de las playas, los deportes para hacer en una Bariloche veraniega son de todo tipo; Kayak, parapente, rafting y mountain bike, son actividades cada vez más populares entre los turistas que recorren la ciudad por aire, tierra o agua. En ese contexto, un infaltable es el Parque Nacional Nahuel Huapi, con sus 710.000 hectáreas por conocer.
Febrero, en tanto, tiene como protagonista a la Fiesta de la Cerveza, a los pies del Cerro Catedral. Allí se reúnen las principales cervecerías de Bariloche, con diferentes estilos y más de 60 canillas disponibles para los visitantes.
Pero no sólo eso, la gastronomía es otra de las apuestas del evento, con propuestas patagónicas que componen el maridaje ideal para acompañar las cervezas artesanales del lugar. A todo ellos se suman artistas nacionales, locales, bandas en vivo y Djs.
Fuente: Ámbito