Un informe de CIFRA elaborado por Mariana L. González y Cecilia Garriga revela que el salario mínimo perdió 35,2% de su poder adquisitivo desde el inicio del gobierno de Javier Milei. El SMVM se ubica hoy por debajo de niveles de los años 90 y de la crisis de la Convertibilidad.
El Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) atraviesa una caída sin precedentes en su poder adquisitivo. Así lo detalla un informe actualizado a noviembre de 2025 y publicado por la Consultora CIFRA, elaborado por las economistas Mariana L. González y Cecilia Garriga. Según el documento, el salario mínimo acumula una pérdida del 35,2% desde el comienzo de la gestión de Javier Milei.
El deterioro se aceleró tras la “brutal devaluación” inicial del gobierno. Aunque el Consejo Nacional del Empleo se reunió en cinco oportunidades para actualizar el SMVM, nunca logró acuerdos entre empresarios y representantes sindicales. Finalmente, la Secretaría de Trabajo definió aumentos que replicaron casi por completo la postura empresarial, profundizando la pérdida de poder de compra.
El salario mínimo, en su peor nivel en décadas
El informe destaca que la caída reciente no es un hecho aislado, sino parte de un derrumbe estructural que arrastra más de una década. En octubre de 2025, el salario mínimo real se ubicó:
– 45,6% por debajo del valor de noviembre de 2019.
– 58,4% por debajo del valor de noviembre de 2015.
CIFRA señala que, de no haber perdido poder adquisitivo, el SMVM actual debería rondar los $760.000. Sin embargo, hoy se ubica en valores inferiores a los de la década de 1990 y la crisis de la Convertibilidad, momentos en los que, al igual que ahora, la política salarial había sido “abandonada deliberadamente”.
Pobreza, desigualdad y un salario mínimo que ya no contiene
Uno de los hallazgos más alarmantes del informe es la distancia entre el SMVM y las líneas de pobreza. La situación es incluso más grave que en 2001, según CIFRA.
En octubre de 2025:
– Una familia tipo requirió casi 4 salarios mínimos para cubrir la Canasta Básica Total (CBT).
– La CBT rondó los $1,2 millones.
Además, el salario mínimo representa menos de una quinta parte del salario promedio de los trabajadores registrados del sector privado. Esto debilita su histórico papel como piso salarial y profundiza las desigualdades.
Impacto federal y urgencias territoriales
Las consecuencias se sienten con fuerza en las provincias. Desde Entre Ríos hasta la Patagonia y el NOA, el deterioro del salario mínimo amplifica las brechas territoriales y golpea la calidad de vida de millones de familias trabajadoras. La pérdida del SMVM no solo afecta ingresos cotidianos, sino también la integración territorial y la cohesión social.
