Más de 900.000 gazatíes permanecen en la Ciudad de Gaza y el norte del enclave ante órdenes de desplazamiento mientras las zonas seguras también son bombardeadas.
Más de 900.000 palestinos se niegan a abandonar la ciudad de Gaza y el norte del enclave, pese a las órdenes de evacuación promovidas por Israel, informó este sábado la Oficina de Medios del Gobierno de la Franja de Gaza. La población denuncia que moverse hacia el sur implica condiciones extremas, con acceso limitado a agua, alimentos y servicios médicos seguros.
El Gobierno gazatí y varios organismos califican la campaña oficial de desplazamiento como un “crimen de desplazamiento forzado permanente” que viola normas internacionales. Mientras tanto, zonas anunciadas como “refugios seguros” han sido bombardeadas repetidamente, erosionando la credibilidad del plan de evacuación.
The cost to flee homes in #Gaza City – under intense Israeli military operations.
Fuel is scarce.
UNRWA’s shelter supplies have been banned for almost 7 months.
Spaces are already overcrowded and hard to find.
After nearly 2 years of war people have not had incomes.
Let us… pic.twitter.com/RK9YiiSEon
— UNRWA (@UNRWA) September 19, 2025
🔥 Bombardeos y zonas seguras: un sur inseguro
Las autoridades locales destacan que Al‑Mawasi (gobernación de Khan Younis) y Rafah son promocionadas como zonas humanitarias seguras, pero han sido bombardeadas más de 110 veces, según informes. Esas áreas no garantizan refugio verdadero; quedan víctimas bajo los escombros y la vida en su interior se torna insostenible.
Un dato alarmante: más de 22.000 gazatíes que se habían desplazado al sur han regresado a sus barrios en Gaza City, porque allí las condiciones básicas no fueron cumplidas. No encuentran lo necesario para vivir: muchas carpas carecen de apoyo, no hay suficiente combustible, faltan alimentos y servicios de salud colapsados.
📉 Escasez, altos costos y condiciones extremas
La UNRWA denunció que huir cuesta para una sola familia cerca de 3.180 dólares: ese monto incluye transporte, carpa y terreno mínimo. Muchos no pueden asumir ese costo, por lo tanto resisten donde están, aunque los bombardeos arremetan.
Las rutas para llegar al sur son largas y peligrosas. Carros bomba, demoliciones de viviendas, destrucción de infraestructura vital: todos esos factores se combinan para generar una situación desesperada. Más aún si se recuerda que solo el 12% del territorio está designado como refugio, lo que presiona para concentrar a millones de personas en espacios mínimos, que muchos describen como campos de concentración.
💔 Legalidad, derechos humanos y llamado internacional
Organismos como la UNRWA advierten que los desplazamientos masivos y repetidos podrían constituir violaciones al derecho internacional humanitario. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) y otros grupos exigen acceso pleno para la ayuda, protección de civiles y que no se obligue el éxodo forzado.
Además, la comunidad internacional sigue llamando a Israel a detener las destrucciones en las zonas pobladas y a garantizar refugios seguros de verdad. Mientras tanto, miles de palestinos eligen resistir, quedarse en lo que les pertenece: sus casas, sus barrios, su tierra.