Legisladores demócratas en Estados Unidos impulsan una ley para bloquear un posible rescate financiero de la administración Trump hacia el gobierno de Javier Milei, denunciando que se trata de una maniobra para beneficiar a fondos de inversión como BlackRock y Pimco.
Demócratas alertan sobre intereses privados detrás de la ayuda internacional
El bloque demócrata del Senado de Estados Unidos presentó un proyecto de ley para impedir que la futura administración de Donald Trump impulse un rescate financiero hacia la Argentina durante la presidencia de Javier Milei. La iniciativa, conocida como “No Argentina Bailout Act”, fue impulsada por la senadora Elizabeth Warren y respaldada por figuras clave como Bernie Sanders, Tim Kaine y Cory Booker.
Según el texto presentado, el objetivo es prohibir que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, utilice recursos del Fondo de Estabilización Cambiaria (FSE) para asistir económicamente a Argentina. Los legisladores argumentan que dicha ayuda no busca estabilizar la economía argentina, sino proteger las inversiones de fondos privados como BlackRock, Fidelity y Pimco.
“Es un rescate a los ricos disfrazado de ayuda internacional”, afirmó Warren en un comunicado oficial.
Acusaciones cruzadas y tensiones políticas
Warren también solicitó una investigación formal sobre los posibles vínculos financieros entre funcionarios de la administración Trump y los fondos de cobertura con inversiones en territorio argentino.
La senadora denunció que la intención detrás del rescate es favorecer a los aliados económicos de Trump, más que establecer una política exterior sólida.
“Trump prometió poner a Estados Unidos primero, pero está poniendo a sus amigos multimillonarios por delante del pueblo”, concluyó.
Este nuevo capítulo agrega tensión a las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, en un contexto donde la política exterior norteamericana vuelve a jugar un rol central en la región. El debate también impacta en la credibilidad de los programas de asistencia internacional, especialmente en países como Argentina, donde las decisiones financieras de actores globales tienen un impacto directo sobre la población.