En su editorial, Roberto Caballero analizó dos fallos judiciales que reavivan viejas heridas. El periodista destacó que, según un reciente fallo de la Corte, no hubo delito en Villa Constitución durante “El Villazo” de 1975, pese a la represión obrera y la participación de José Alfredo Martínez de Hoz en el directorio de ACINDAR. Una decisión que, advirtió, absuelve simbólicamente el pasado y condiciona el presente político argentino.
La absolución que reescribe la historia
La absolución de los responsables por la represión del movimiento obrero conocido como “El Villazo” (1975) generó una profunda preocupación entre organismos de derechos humanos y sectores sindicales. La decisión judicial fue interpretada como un “indulto post mortem” a José Alfredo Martínez de Hoz, ex ministro de Economía de la dictadura militar.
Lejos de cerrar heridas, el fallo valida simbólicamente el proyecto neoliberal que desarticuló al movimiento obrero y allanó el camino a las políticas económicas que aún hoy impactan sobre el tejido social argentino. Así, la justicia parece asumir un rol político que normaliza el negacionismo histórico y debilita la memoria colectiva.
El show judicial de los Cuadernos
En paralelo, el inicio del juicio por la causa “Cuadernos” vuelve a poner en escena un show judicial con fines políticos. Diversos analistas, como el abogado y especialista en geopolítica internacional Carlos Barragán, sostienen que el expediente fue diseñado con objetivos estratégicos claros: “neutralizar políticamente a Cristina Fernández de Kirchner” y legitimar una narrativa de corrupción funcional al ajuste económico.
La dinámica mediática y judicial, aseguran, responde más a alineamientos geopolíticos globales que a una búsqueda genuina de justicia. En este contexto, la independencia judicial aparece erosionada por los intereses del poder económico y financiero internacional.
Una CGT sin fuerza frente al avance neoliberal
Mientras tanto, la nueva conducción de la CGT enfrenta cuestionamientos por su falta de firmeza ante las políticas de flexibilización laboral impulsadas desde el gobierno. Voces sindicales advierten que la debilidad institucional de la central obrera abre la puerta a una reforma regresiva, que amenaza conquistas históricas de los trabajadores.
Con un escenario económico adverso y una justicia funcional al poder concentrado, la historia parece repetirse: los fallos que absuelven el pasado y los juicios que condenan selectivamente el presente construyen un mismo relato, uno donde la impunidad y el disciplinamiento social vuelven a marchar de la mano.
