El especialista en energía Horacio Mizrahi analizó los recientes incrementos en los precios de los combustibles. En diálogo con Somos Radio AM 530, advirtió que el nuevo esquema de micro-precios de YPF modifica la dinámica del mercado y golpea directamente al transporte, la producción y el consumidor final.
El especialista en energía Horacio Mizrahi advirtió que los aumentos consecutivos del combustible en Argentina están teniendo un efecto profundo en toda la cadena productiva. En diálogo con el programa Un Buen Comienzo (AM 530), explicó que el impacto no se limita al transporte, sino que se extiende a los precios de los alimentos, la logística y los costos industriales.
“El combustible es un insumo transversal. Cuando sube, todo lo demás se encarece: desde la producción agropecuaria hasta el precio que paga el consumidor en la góndola”, señaló Mizrahi.
YPF y el nuevo sistema de micro-precios
Durante la entrevista, el especialista explicó que ya no existe la obligación de informar los aumentos de precios de los combustibles, lo que ha modificado la relación entre el Estado, las empresas y los consumidores.
Según detalló, YPF implementó un sistema de micro-precios que ajusta los valores según la hora del día y la demanda. “Se trata de una política similar a la que aplican las aerolíneas o los servicios digitales, donde el precio cambia de manera dinámica. Esto genera incertidumbre y debilita la previsibilidad económica”, afirmó Mizrahi.
El experto sostuvo que esta modalidad puede beneficiar a la empresa estatal en términos de competitividad, pero también “deja al usuario en una situación de vulnerabilidad frente a un mercado cada vez más desregulado”.
El impacto del gasoil y la producción federal
Uno de los puntos más críticos, según Mizrahi, es el aumento del gasoil, que afecta directamente al transporte de cargas y al sector agropecuario. “El interior del país es el más perjudicado, porque depende del gasoil para mover la producción. Cada litro que sube se traduce en un costo adicional que repercute en el precio final de los alimentos”, explicó.
En provincias como Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba, los productores agroindustriales ya manifestaron su preocupación por la escalada de costos logísticos. En paralelo, los transportistas denuncian que la suba constante de los combustibles reduce sus márgenes de rentabilidad y pone en riesgo la continuidad de pequeños emprendimientos.
Energía y soberanía: el foco en los hidrocarburos no convencionales
Finalmente, Mizrahi analizó la estrategia de YPF de concentrarse en hidrocarburos no convencionales, como los desarrollos en Vaca Muerta, dejando en manos de empresas provinciales las áreas maduras de explotación.
“Esto tiene un costado positivo, porque fortalece a las petroleras locales, como ocurrió en Tierra del Fuego, pero también plantea un desafío: ¿quién garantiza la soberanía energética y la planificación de largo plazo?”, se preguntó el especialista.
Desde su perspectiva, Argentina necesita un modelo energético federal e integrado, que combine recursos convencionales y renovables, y que contemple las particularidades productivas de cada región. “No se trata solo de producir petróleo, sino de pensar cómo esa energía sirve al desarrollo nacional”, concluyó.
