El presidente boliviano afirmó que «están tratando de imponer sus propias reglas de juego en las negociaciones climáticas para seguir alimentando el nuevo sistema capitalista verde». Además sostuvo que Bolivia es una de las naciones menos contaminantes del mundo.
Los países desarrollados están alimentando el nuevo sistema capitalista verde, promoviendo que los países en desarrollo tengamos que asumir estas reglas de juego sin opción alguna.
— Luis Alberto Arce Catacora (Lucho Arce) (@LuchoXBolivia) November 1, 2021
Arce hizo el planteamiento tras alertar que los países desarrollados «están tratando de imponer sus propias reglas de juego en las negociaciones climáticas para seguir alimentando el nuevo sistema capitalista verde».
Dijo que la imposición de este modelo de negociación deja a los países en desarrollo «sin opción alguna ante una crisis climática convertida en el mayor problema de la humanidad, con riesgo de que las próximas generaciones reciban una carga muy pesada y hasta imposible de resolver».
«El sistema mundial capitalista basado en un consumismo sin límites y explotación irracional de la naturaleza y el espacio atmosférico no puede solucionar la crisis climática, a no ser que exista un fuerte cambio de timón en su sistema económico y social», agregó, informó la agencia de noticias estatal boliviana ABI.
Tenemos que estar conscientes que los países desarrollados están promoviendo un nuevo proceso de recolonización mundial que lo podemos denominar el “nuevo colonialismo del carbono”, porque están tratando de imponer sus propias reglas del juego en las negociaciones climáticas.
— Luis Alberto Arce Catacora (Lucho Arce) (@LuchoXBolivia) November 1, 2021
Indicó que si los países desarrollados quieren liderar de verdad la lucha contra el cambio climático «tienen que promover una distribución del espacio atmosférico basada en la equidad, con responsabilidades comunes pero diferenciadas, y en sus responsabilidades históricas».
Por último, refirió que Bolivia, «uno de los países menos contaminantes a nivel global», impulsaba sus propias políticas internas «en defensa de la Madre Tierra».