La Plaza San Martín volvió a ser escenario de una masiva protesta ciudadana en rechazo a la presidenta designada Dina Boluarte y a la crisis institucional.
Lima fue escenario este fin de semana de una nueva ola de protestas populares que reflejan el profundo malestar social que atraviesa Perú. Miles de ciudadanos y ciudadanas se concentraron en la Plaza San Martín, epicentro histórico de las luchas populares, para rechazar al gobierno de Dina Boluarte, presidenta designada tras la destitución de Pedro Castillo, y a lo que consideran un sistema político colapsado.
Bajo el lema “El pueblo se levanta: día del despertar peruano”, la movilización —impulsada por estudiantes, colectivos sociales y organizaciones territoriales— se extendió por las calles del centro histórico. La convocatoria se articuló principalmente a través de plataformas digitales y tuvo una participación activa de la Generación Z, que fue protagonista en la difusión y organización del reclamo.
“La gente ya no aguanta más”: Miles de manifestantes intentan tomar a la fuerza las instituciones públicas en Perú 🇵🇪. “Generación Z” encabeza la protesta.
Nadie se come el humo de la prensa y concursos de chicharron cuando un pueblo pasa hambre y hay niños desnutridos. pic.twitter.com/LgXMKcKD6i
— Sebastián Vinelli (@VinelliU) September 20, 2025
🚨 Represión policial y enfrentamientos
A pesar del fuerte cordón de seguridad desplegado, los manifestantes lograron romper parte del cerco policial, lo que derivó en enfrentamientos con las fuerzas del orden. La situación escaló cuando un grupo intentó acercarse al Palacio de Gobierno, siendo reprimido con gases lacrimógenos y perdigones.
La protesta se desplazó luego hacia la avenida Abancay, donde se registraron focos de incendio y un accionar represivo que alcanzó incluso a periodistas que cubrían los hechos. Varios reportes de medios locales e internacionales confirmaron detenciones arbitrarias y personas heridas, aunque aún no se ha difundido un parte oficial con cifras definitivas.
🧩 Reclamos de fondo: crisis institucional y falta de legitimidad
Las manifestaciones expresan un profundo rechazo al modelo político actual y cuestionan la legitimidad de Dina Boluarte, quien es señalada por diversos sectores por sus vínculos con figuras históricas del fujimorismo, como Keiko Fujimori. Esta asociación despierta temores de regresión autoritaria y continuidad de prácticas corruptas en la política peruana.
Los manifestantes exigen reformas estructurales, más transparencia, y el respeto por los derechos humanos y las libertades civiles. En medio de un clima de inseguridad, criminalidad y crisis económica, el descontento social se expande por todo el país y podría marcar un punto de inflexión en el escenario político andino.
📢 Un mensaje desde la calle: el Perú profundo exige ser escuchado
La jornada de protesta también evidenció la fractura entre la clase política limeña y los sectores populares, especialmente del interior del país. Organizaciones campesinas, indígenas y estudiantiles se sumaron al grito de hartazgo colectivo que denuncia décadas de exclusión, abandono estatal y promesas incumplidas.
El Gobierno de Boluarte, por ahora, optó por el silencio institucional. Sin embargo, el volumen de la protesta y su extensión territorial podrían anticipar un ciclo de conflictividad que interpela no solo a la clase dirigente, sino también a la comunidad internacional que ha mirado con pasividad los recientes episodios de represión en el país.