El Ministerio de Salud de Entre Ríos, a través de Epidemiología, emitió una alerta para intensificar la Vigilancia de tos convulsa en Entre Ríos, conocida también como coqueluche. Esta acción responde al aumento de casos registrados a nivel nacional, especialmente concentrados en la Región Centro, y a la reciente confirmación de una infección en la provincia. La cartera sanitaria enfatiza que la vacunación es la principal medida para mitigar la morbilidad y mortalidad, particularmente en niños y lactantes.
La tos convulsa (o tos ferina/coqueluche) es una enfermedad respiratoria aguda que impacta con mayores tasas de morbilidad y mortalidad en lactantes y niños pequeños. En primer lugar, la Dirección General de Epidemiología del Ministerio de Salud de Entre Ríos emitió un documento para intensificar la vigilancia, haciendo particular énfasis en la estrategia de vacunación.
Es crucial entender que esta respuesta regional se produce debido a un importante aumento de casos registrado a nivel nacional. El Boletín Epidemiológico Nacional N° 778 de 2025 confirmó 333 casos de tos convulsa en el país entre enero y mediados de octubre.
Además, la distribución de estos casos demostró una clara concentración en la Región Centro, donde se detectaron 260 infecciones. Las provincias más afectadas son Buenos Aires (167 casos) y CABA (50 casos). El informe también registró un brote en curso en Tierra del Fuego.
Ante este panorama, y tras la confirmación reciente de un caso en Entre Ríos, la cartera provincial instó a los equipos de salud a fortalecer la vigilancia. Por consiguiente, las metas operativas que se proponen incluyen la detección oportuna de casos sospechosos, la disminución de la transmisión y la reducción de la morbimortalidad en los grupos de mayor riesgo. Es fundamental también monitorear el comportamiento de la enfermedad y evaluar el impacto de las acciones de vacunación implementadas.
Criterios de Sospecha y Detección Oportuna
Debido a la naturaleza de la enfermedad, la definición de caso sospechoso se adapta según el grupo etario, buscando la detección temprana.
Por ejemplo, en menores de 6 meses, se considera sospecha ante cualquier infección respiratoria aguda que presente al menos uno de los siguientes síntomas: apnea (ausencia de respiración), cianosis (coloración azulada de la piel), estridor inspiratorio (un ruido agudo al tomar aire), vómitos después de toser o tos repentina e incontrolable.
Mientras tanto, para los niños mayores de 6 meses hasta los 11 años, la sospecha se establece si el paciente presenta tos de 14 o más días de duración junto con estridor inspiratorio, vómitos después de la tos, o tos repentina e incontrolable.
Finalmente, para personas mayores de 11 años, el criterio se centra en la tos persistente de 14 o más días sin otra sintomatología o causa aparente. Aún más, el protocolo incluye la sospecha en cualquier trabajador de la salud, independientemente de su edad o antecedente vacunal. Cuando existe una sospecha, los profesionales de salud deben tomar muestras clínicas mediante aspirado o hisopado nasofaríngeo para su análisis.
La Vacunación como Escudo Principal
Generalmente, la medida principal de prevención contra el coqueluche es la vacunación. Por lo tanto, el Ministerio de Salud recuerda el esquema esencial y obligatorio para proteger a la población, particularmente a los grupos de riesgo.
En el caso de los lactantes, deben recibir el esquema primario de tres dosis de vacuna quíntuple celular a los 2, 4 y 6 meses. Los refuerzos subsiguientes se administran a los 15-18 meses (con quíntuple celular) y a los 5-6 años (con triple bacteriana celular). Además, los adolescentes y adultos deben recibir un refuerzo con triple bacteriana acelular a los 11 años.
Asimismo, existe una indicación fundamental para las embarazadas, quienes deben recibir una dosis de triple bacteriana acelular en cada embarazo. Sumado a esto, el personal de salud en contacto con menores de un año requiere una dosis de triple bacteriana acelular cada cinco años. Se estima que la eficacia de la vacuna en personas que han completado como mínimo cuatro dosis es del 80 por ciento, ofreciendo una protección superior contra la enfermedad grave.
Es importante señalar que las directrices médicas recomiendan iniciar el tratamiento en todos los casos sospechosos de tos convulsa. El objetivo primordial de este tratamiento es reducir la transmisión comunitaria y prevenir la aparición de infecciones secundarias, una indicación que abarca a pacientes con pocos síntomas y personas de cualquier edad.
La intensificación de la vigilancia en Entre Ríos es como levantar un espejo regional para reflejar y responder a un problema de salud nacional. Mientras que los casos se concentran en grandes urbes como CABA y Buenos Aires, la provincia actúa preventivamente, utilizando la vigilancia epidemiológica y la vacunación como herramientas esenciales, asegurando que el plan de salud sea coherente con la visión federal de protección de la población.
