El descubrimiento fue hecho por un pescador de la zona, que puso en aviso al equipo del Museo Paleontológico de la localidad bonaerense de San Pedro. Según detallaron los expertos, el hallazgo incluye una alta concentración de piezas de alfarería, con una variada gama de ornamentos en su superficie.
Nicolás Camargo Lescano (Agencia CTyS-UNLaM)- A veces hace falta cierto guiño del destino, en la ciencia, para encontrar algunos “tesoros”. En otras ocasiones se necesita la pista o la ayuda de alguien de la comunidad para poner al equipo en la senda correcta. Algo de todo esto se dio en el descubrimiento de un yacimiento arqueológico en San Pedro, a unos 170 kilómetros al norte de Buenos Aires.
El sitio fue localizado gracias a los datos aportados en 2023 por Luis “Tito” Celié, un pescador de la zona. Celié compartió la información a integrantes del Museo Paleontológico “Fray Manuel de Torres”, ubicado en el distrito bonaerense. Y allí empezó la aventura.
“Fue muy emocionante cuando empezamos a ver tanta cantidad de piezas de cerámica dispersas en una pequeña playa. Habíamos estado navegando desde la mañana temprano, recorriendo cada rincón durante kilómetros hasta que por fin dimos con el lugar”, comenta José Luis Aguilar, director del Museo y miembro de la expedición, en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM.
El equipo de trabajo había partido en diciembre en búsqueda del sitio junto al doctor Daniel Loponte, investigador principal de CONICET, experto en la materia en todo el ámbito del Paraná inferior y con lugar de trabajo en el Instituto Nacional de Antropología (INAPL). A ellos se le sumaron Aguilar, Javier Saucedo, Jorge Martínez y el mismo Celié, el pescador que había brindado el dato de origen.
Pistas sobre un pasado no tan lejano
Pero ¿de qué se trata este nuevo hallazgo del yacimiento arqueológico, que parece ser de enorme importancia para la ciencia? “Los materiales recuperados en este nuevo sector de islas corresponden a grupos de cazadores-recolectores con formas de organización compleja. Incluían, eventualmente, pequeñas parcelas de cultivos”, aporta luz Loponte, en un comunicado de prensa del Museo.
Estos grupos, según el investigador del CONICET, desarrollaron una importante tecnología cerámica, produciendo vasijas con complejos patrones de decoración. “Los hallazgos en este sitio permiten integrar el sector a esquemas de desarrollo cultural que se están generando para la región, llenando un vacío de información para el Delta del Paraná”, enfatiza el experto.
Un vistazo más de cerca sobre el lugar de origen
Aguilar cuenta que el yacimiento está ubicado contra una pequeña barranca “de no más de un metro y medio de altura, en la margen izquierda de un arroyo interior; un lugar donde sólo se escucha el canto de una variada avifauna que vive en ese ecosistema”. Según detalla, con cada crecida del río, el agua erosiona piezas de esa pequeña pared y estas van cayendo a una especie de playada.
“El día que llegamos -continua el relato el director del Museo- el nivel del agua estaba muy bajo y se veían fragmentos de vasijas, jarrones y todo tipo de piezas con una variada y elaborada ornamentación. Nos da mucha satisfacción haber podido encontrar este nuevo sitio que será estudiado por profesionales de la arqueología. Seguramente, permitirá que todos podamos conocer más detalles de los grupos de personas que vivieron sus vidas en esta zona, hace siglos”.