El cancionero de Malvinas está integrado por un sinfín de temas, pero hay uno que conmueve por su composición poética. “La Hermanita perdida” encabeza esa antología musical del gran reservorio que es la memoria colectiva del pueblo argentino. La historia de su creación se remonta a un encuentro entre el cantautor argentino y un empresario inglés.
La música es, quizá, una de las formas más íntimas y profundas a través de la cual los pueblos ejercitan la reflexión sobre sí mismos y su memoria. Desde fines de la década de 1930 hasta el presente, la presencia de la cuestión Malvinas circula dentro de la producción musical con extraordinaria diversidad, no solo de géneros musicales sino también en sus abordajes temáticos y narrativos.
Muchas han sido las obras musicales que abordaron la causa Malvinas. La “Marcha de Malvinas” de Carlos Obligado, “Yo soy Antonio Rivero” de Juan de los Santos Amores, “Chamame Malvinero” de Mario Bofill, entre otros. Pero, “La hermanita perdida” es, sin ninguna duda, una de las mayores composiciones poéticas sobre el tema.
De tono francamente anticolonial, la letra fue escrita por Atahualpa Yupanqui en 1971 durante una gira del músico por Europa. “Vino a verme un empresario inglés y me preguntó cuánto cobraba por dar cuatro recitales en Inglaterra -testimonia el propio Yupanqui- y yo le respondí: ‘Las islas Malvinas’. Han pasado ya tres años de esto y el hombre no ha contestado aún…”.
“Malvinas, tierra cautiva, de un rubio tiempo pirata. Patagonia te suspira. Toda la Pampa te llama. Seguirán las mil banderas del mar, azules y blancas, pero queremos ver una sobre tus piedras, clavada. Para llenarte de criollos. Para curtirte la cara hasta que logres el gesto tradicional de la Patria”, dice Atahualpa Yupanqui en su canción “La hermanita perdida”.