Patricia Isasa, quien fue detenida, torturada y violada siendo una adolescente durante la dictadura cívico militar, contó que el represor que la vejó fue durante más de una década el «matón» del juez de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, quien lo empleaba en la Municipalidad de Santa Fe. A su vez, relató las peripecias que debió afrontar para que fuera condenado y cómo el supremo la ignoró cuando ella le quiso advertir el tipo de empleado que tenía.
Patricia Isasa conversó con Darta Mercedes Blinx en Roto y Descosido por Radio Caput, donde acusó al actual presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, de proteger al represor, delincuente y torturador, Eduardo Alberto Ramos, al que empleó y encubrió durante años. Esta denuncia se suma al pedido de juicio político contra los ministros de el máximo tribunal.
Contó Isasa que Eduardo Alberto Ramos en 1976 la detuvo cuando estaba en su domicilio, luego torturó y la violó mientras estaba detenida, cuando tenía solo 16 años y pertenecía una organización política legal.
«Ramos hoy purga condenas por numerosos secuestros, torturas y violaciones. Formaba parte de un grupo de tareas, era miembro de la estructura policial. En el marco de lo que llamaban enfrentamientos, junto a otros policías armaron una banda que robaba y secuestraba gente, abusaban de las personas y las vejaban». «Tenían su propia Pyme. Usaban los mismos métodos que en las cárceles y centros clandestinos en moteles, estaciones de servicio y en la calle misma para amedrentar y maltratar». Finalmente, relató, «en 1978 Ramos es condenado por esas acciones delictivas».
«Los detuvieron, procesaron y condenaron junto a la banda de policías, tuvo un juicio justo en que reciben una condena. Ramos recibió 16 años, con prisión perpetua en suspenso, que se haría efectiva si cometía algún otro delito», destacó la entrevistada. Y agregó que «en 1985 ya era empleado en la Municipalidad de Santa Fe, donde todos decían que era el matón de Rosatti». «Volví del exilio y era todo una barbaridad, el poder judicial y la política estaban llenas de personas oscuras. Entonces hice una investigación profunda acerca de varios represores, incluido Ramos. Lo presenté ante la justicia», contó Isasa.
Asimismo, resaltó que «Ramos no cumplía con la idoneidad para el puesto en la Municipalidad, ya que había sido exonerado de la policía y había sido condenado por hechos dolosos. Ante esto, me presenté ante Horacio Rosatti, le informé tanto de sus crímenes de lesa humanidad contra mi, como de sus participaciones delictivas, por si no sabía a quién tenía empleado. Le di las pruebas en la mano pero no sólo no hizo nada sino que lo encubrió».
Isasa añadió que «a Ramos nunca le pusieron un límite. Entonces con Rosatti ya enterado, viajé a España y declaré ante el juez Baltasar Garzón, le di copia de toda la documentación. A los meses Garzón pidió su captura internacional, que se concretó en 1998, a sólo 6 meses de que hablara con Rosatti. Esto tomó gran notoriedad en la prensa. Igualmente Rosatti hasta fines de 1999 lo mantuvo en su empleo, siguió en la Municipalidad». «Nunca un ser así podría trabajar para el Estado, si quieres ser matón de un privado, bueno pero no del Estado», concluyó.
Por último, relató que «el juez Cavallo lo detuvo al poco tiempo de Rosatti dejara la intendencia. Recién en abril de 2005 quedó detenido, tiene dos condenas a perpetuidad y otra a 20 años por mi violación».
Acerca de Rosatti indicó que «fue menemista, después se hizo radical para tener un cargo en la Universidad del Litoral, más tarde para llegar a procurador y ministro de justicia se hizo kirchnerista, luego macrista para llegar por la ventana a la Corte y ahora podemos ver que se pone la camiseta larretista, tras lo que sucedió con el affaire con el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D´Alessandro».
Para concluir, Isasa con gran valentía describió qué clase de persona ocupa el máximo cargo de la justicia en el país. «No sólo encubrió a un genocida, siendo cortesano quiso impulsar la ley del 2×1 que le daba impunidad a los genocidas, queriendo revivir una ley derogada por el Congreso».
Patricia Isasa se despidió hasta una próxima charla con Caput, ansiando que Comisión de Juicio Político tome su testimonio y las pruebas documentales en cuenta para que la Corte Suprema que se encuentra muy cuestionada de explicaciones de sus actos.
Fuente: Caput P(asó en Roto y Descosido)