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García Linera: la extrema derecha “es un fenómeno estructural y no hay que tenerle miedo”

El exvicepresidente de Bolivia afirmó sobre esa tendencia que “los progresismos deben tener la osadía y la valentía de resolver los problemas que más afectan a las personas”.

POR ARIADNA DACIL LANZA

El exvicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera afirmó este lunes que no se puede “sancionar” a los sectores populares que votan por la extrema derecha porque solo quieren “vivir mejor”, tal como sostuvo la vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner.

Asimismo, estimó que las expresiones radicales son un fenómeno “estructural” al que no hay que temer y dijo que el progresismo “solo va a retomar su liderazgo si es capaz de mirar de frente la herida que está en los bolsillos”, en una entrevista con Télam y otros dos medios en Buenos Aires.

Antes de disertar en el ciclo de charlas “Comunicación, política y poder”, que desde el sábado hasta el martes reúne a figuras influyentes del debate político latinoamericano, García Linera dialogó con Télam, la TV Pública y el diario Tiempo Argentino sobre las limitaciones de los gobiernos de la segunda ola progresista en América Latina, a los que calificó como “más timoratos”, y planteó las condiciones que favorece el surgimiento de la extrema derecha.

García Linera fue el principal expositor en un ciclo de 10 conferencias y entrevistas públicas que se desarrolla en la cúpula del Centro Cultural Kirchner (CCK) y es organizado por la agencia Nodal (Noticias de América Latina) y el colectivo de debate cultural Proyecto Ballena.

-Télam: ¿Los progresismos pueden tener un poco más de incidencia en la agenda pública, en lugar de estar debatiendo las propuestas de las derechas?

-García Linera: Deben tener la osadía y la valentía de resolver los problemas que más afectan a las personas: la economía, la inflación, la devaluación, la marginalidad, la informalidad. En esta segunda oleada, el progresismo se está presentando muy tibio, muy timorato frente a las grandes angustias, y solo va a retomar su liderazgo si es capaz de mirar de frente la herida que está en los bolsillos de las personas y proponerles una salida rápida, concreta y práctica. Mientras no lo haga, lo van a hacer las derechas extremas, los autoritarios. Ellos crecen con nuestro silencio, por nuestra ambigüedad y falta de decisión.

-¿Considera, como dijo la vicepresidenta Cristina Fernández, que la gente no es ni de derecha ni de izquierda, sino que pretende “vivir mejor”?

-¡Esa es una frase tan sabia!. Ahí hay un programa. La gente quiere vivir mejor. En la primera oleada, a inicios del Siglo XXI, hicimos que la gente viviera mejor, que pudiera consumir más, se sintiera más segura, pudiera ahorrar un poquito más, mandar a los chicos a la universidad, comprarse su casita. El progresismo abanderó esa mejora sustancial. Hoy no, la gente está viviendo peor y le toca al progresismo, si quiere ser lo que dice ser, volver a levantar y reivindicar eso. La vicepresidenta Cristina lo dice en el sentido de que no podemos sancionar al militante popular, al poblador de un barrio, a la mujer vendedora que vota por otra opción. No es que la gente está enajenada: no está encontrando en el progresismo la respuesta a su vivir mejor. Entonces busca otras opciones.

-¿Cuáles son los puntos en común, en la emergencia, de distintas expresiones de extrema derecha?

-Las extremas derechas, es decir, quienes consideran que hay que castigar a los insolentes, a los que reivindican igualdad y la justicia, siempre han existido, pero cuando hay una situación económica estable, son marginales. Pero la primera hipótesis es que las extremas derechas crecen en tiempos de crisis económica, cuando hay una crisis de credibilidad, cuando los partidos políticos no saben solucionar los problemas que afligen a la gente. Y se fortalecen absorbiendo a los adherentes de la derecha moderada, que queda paralizada. Además, la extrema derecha crece -y es paradójico- cuando al progresismo le va bien, porque mejora las condiciones de vida de las personas, pero eso genera resentimiento en los igualados y más aun si son étnicamente diferentes, como en Bolivia. También crecen cuando hay frustración, cuando has planteado justicia y movilidad social, y en los hechos has generado más desigualdad. Entonces, en tiempos de crisis, siempre va a haber extrema derecha.

-No es entonces un fenómeno excepcional o transitorio…

-Es un fenómeno estructural y no hay que tenerle miedo a eso. A lo que hay que tenerle miedo es a si esa derecha va a reclutar sus adherentes de tu base nacional popular o solamente va a reclutar los adherentes de su vieja base social tradicional. Cuando eso sucede, hay que preocuparse para desmontar, debilitarlos, tienes que preguntarte qué he hecho mal para corregirlo inmediatamente. ¿Qué se puede hacer en estos tiempos de crisis económica? Resolver la crisis económica. Y la principal angustia para las personas es mejorar las condiciones de vida, que el dinero no se evapore de las manos.

– Las internas que se vieron en las coaliciones de algunos gobiernos progresistas, ¿son parte de esa pregunta sobre qué se hizo mal?

-Sí, por supuesto. Creo que todos los progresismos del continente atraviesan este problema. No es lo fundamental, lo fundamental es la economía. Pero esos problemas se incrementan, se intensifican si también hay mucha pelea interna. Y un problema del progresismo es que no ha logrado transiciones reguladas, pactadas, de un liderazgo al otro. Bolivia no es una excepción y creo que eso, a la larga, genera desafección colectiva. No es estructural, pero si encima hay inflación, si no hay trabajo y (los gobiernos) se están peleando, la gente se aleja más. Creo que este es un llamado de atención para que los líderes que tienen que tomar las grandes decisiones sepan establecer caminos pavimentados de la transición. Hay que entender que ciertos líderes grandes tienen sus etapas, y poder ceder con generosidad y apoyar la emergencia de nuevos liderazgos, una transición híbrida, que permita que el progresismo pueda mantener su vigor, su fuerza y su bandera, que es el cambio.

-¿Cree que el progresismo abandonó esa bandera de cambio?

-El progresismo no puede convertirse en el pasado, por muy lindo que sea el progresismo. Siempre es una mirada optimista hacia el porvenir, con raíces del pasado, pero mirando al porvenir. Y cuando meramente nos fijamos en el pasado para valorarlo, acariciarlo, y no vemos el porvenir, es que algo está mal en el progresismo. Decía, deben haber procesos de transiciones híbridas, dialogadas, pasadas, pero siempre mirando hacia el porvenir. Eso ayudaría mucho a que no le ofrezcamos a las personas más problemas de los que tienen.

EL GOBIERNO DE BOLIVIA “TIENE QUE VOLVER OTRA VEZ A MANOS INDÍGENAS”

García Linera valoró como “lógico” que Evo Morales decida postularse a la presidencia en 2025, como informó el domingo el exmandatario, “porque el gobierno tiene que volver otra vez a manos indígenas”.

“Me parece lógico en el sentido de que el proyecto del MAS (Movimiento al Socialismo), el progresismo boliviano, es un proyecto parido por indios, por sus sindicatos, por sus comunidades; entonces, me parece justo que Evo se proclame como candidato”, dijo García Linera en una entrevista con Télam y otros medios en Buenos Aires.

A su vez, estimó que los sectores medios deben ocupar un lugar de acompañamiento, pero no de liderazgo.

“Si nosotros, como clases medias, hemos estado ahí y estaremos, es porque acompañamos, no porque lideramos”, comentó.

García Linera también se refirió al actual presidente Luis Arce, quien fuera ministro de Economía de Morales, con quien se incrementaron las diferencias.

“Esperemos que de parte del presidente Luis, a quien también lo respetamos, entienda el mensaje; este es un proyecto de indígenas, campesinos, de sindicatos agrarios y ellos son los que tienen que conducir y nosotros estaremos ahí, en el frente de batalla, ayudando, acompañando, reforzando, pero líder, las cabezas siempre tienen que ser campesinos, indígenas”, afirmó.

Agregó que “esa es la manera de descolonizar y de desracializar el poder en Bolivia”.

El domingo, Morales anunció su candidatura para las elecciones presidenciales de 2025 y acusó al gobierno de Arce por “los ataques” a él y a su partido, en medio de la división dentro de la fuerza gobernante.

“Obligados por los ataques del gobierno, su plan para proscribir al MAS-IPSP y defenestrarnos con procesos políticos, incluso eliminarnos físicamente, hemos decidido aceptar los pedidos de nuestra militancia y de tantas hermanas y hermanos que asisten a las concentraciones en todo el país para ser candidato a la presidencia de nuestra querida Bolivia”, dijo Morales en la red social X (ex Twitter).

El exmandatario (2006-19) afirmó que va a “dar todo lo que pueda” y que enfrentará “con la verdad, dignidad y honestidad” lo que calificó de “agresión” de parte del Ministerio de la Presidencia en las redes sociales.

García Linera insistió en que el proyecto de gobierno del MAS “ha sido elaborado con manos indígenas, campesinas, obreras, plebeyas” y que son “ellos los que tienen que volver a tomar el mando del Estado”.

“Es correcto que Evo se proclame porque el gobierno tiene que volver otra vez a manos indígenas, campesinas y Evo es uno. Puede ser también otro indígena, otro campesino, por supuesto, no es el único. Pero no puede ser que nuestro proyecto de gobierno popular progresista esté nuevamente en manos mestizas. Nosotros, los mestizos, estamos para apoyar y acompañar al liderazgo indígena”, aseveró.

“Siempre dijimos; Bolivia tiene que ser gobernada por indios los siguientes 100 años y apenas vamos 15. Todavía falta mucho más para restablecer la justicia histórica”, concluyó.

Fuente: Télam

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