Salud

Detección precoz, la clave para frenar el avance del cáncer de mama

Cuando se descubre a tiempo, las posibilidades de curación son mayores al 95 %. En la actualidad los tratamientos son más personalizados y menos invasivos.


El cáncer de mama, es en la actualidad, el cáncer más frecuente entre las mujeres, representando el 16 % de los cánceres femeninos en el mundo. Es un tumor maligno qué se produce por un crecimiento acelerado y desordenado de un grupo de células de la glándula mamaria que dan como resultado la formación de un nódulo, bulto o alteración en la misma.

Es una enfermedad característica de las mujeres y su incidencia aumenta con la edad, siendo más frecuente entre los 50 a 60 años. También, las pacientes con fuerte historia familiar de cáncer de mama pueden tener un mayor riesgo para desarrollarlo. Por eso es importante que puedan estudiarse y evaluar ese riesgo en su justa medida.

No obstante, es fundamental recalcar que solo el 10 % de los cánceres mamarios son hereditarios (es decir que se transmiten de generación en generación).

Existen otros factores que pueden modificarse en la vida diaria y que están relacionados con el aumento de la frecuencia de cáncer de mama: el sobrepeso (en especial después de la menopausia), el consumo de alcohol o cigarrillo y/o los tratamientos con reemplazo hormonal durante muchos años pueden incidir. Ni la utilización de desodorantes ni corpiños con aro tienen relación con el desarrollo del mismo.

Los hombres también pueden desarrollar un cáncer de mama aunque solo ocurre en el 1 % de los casos.

El cáncer de mama puede estar un tiempo sin presentar síntomas. Es decir que, en esa etapa “pre clínica“, solo podrá ser detectado por métodos de imágenes cómo la ecografía mamaria.

Cuando se hace evidente, puede aparecer como un nódulo o bulto en la mama o como una dureza no habitual en algún sector de la misma. También puede haber retracciones de la piel o el pezón y en algunos casos, puede existir salida de sangre (gotas) a través del pezón. En casos menos frecuentes se presenta como una gran dureza que ocupa toda la mama con eritema de piel (se pone muy roja) y engrosamiento de la misma (parecido a una infección o cuadro inflamatorio).

LA IMPORTANCIA DE LA ECOGRAFÍA Y DE LA MAMOGRAFÍA

Ambos estudios ven cosas diferentes y se complementan. En algunos casos, como por ejemplo cuando existen dudas acerca de una imagen, el especialista puede pedir incidencias o tomas especiales como una mamografía magnificada, mamografía focalizada o mamografía con tomosíntesis.

También puede ser de mucha utilidad, en casos que así lo necesiten, la realización de resonancia magnética nuclear que debe realizarse con método de contraste endovenoso (gadolinio) para poder ver correctamente el tejido mamario.

Se recomienda la realización de una mamografía de base a los 35 años y una mamografía y ecografía anual a partir de los 40 años. Estas indicaciones pueden modificarse si existen en la familia casos de cáncer de mama, comenzando los estudios 10 años antes de la edad de presentación en el familiar.

La Asociación Argentina de Cirugía asegura que la realización de estudios de control es de suma importancia porque permite detectar la enfermedad aún antes de que se haga evidente. Cómo consecuencia, la posibilidad de curación es mayor, siendo en la etapa inicial superior al 95 % de los casos.

HACIA UN TRATAMIENTO PERSONALIZADO

El tratamiento del cáncer de mama se hace mediante cirugía. Después y de acuerdo al caso, el paciente puede necesitar radioterapia, quimioterapia y/u hormonoterapia. En cada una de las áreas hay continuos avances que hacen que los tratamientos sean más personalizados y menos agresivos.

Es importante considerar que todos los tumores, además de sus características clínicas tales como el tamaño del nódulo o posibilidad de ganglios afectados, tienen lo que se denomina “perfil inmuno-histoquimico” que hace que ese tumor tenga un comportamiento distintivo de otros tumores por tanto cada caso determinará una modalidad de tratamiento específico.

Posteriormente, el control debe continuarse con el especialista quién realizará un correcto examen mamario y solicitará, generalmente en forma anual, una mamografía y ecografía. A veces y de acuerdo a cada caso en particular, puede ser necesario realizar otros estudios en el resto del cuerpo como la tomografía axial computada o el centellograma.

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Asesoraron: doctora. Diana Montoya (MN 88641) – Centro Mamario Hospital Universitario Austral y doctor Pablo Sánchez (MN 99094) MAAC / Coordinador de la Comisión Oncología de la Asociación Argentina de Cirugía. Instituto de Oncología Ángel Roffo.

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