TEL AVIV (ANSA, por Massimo Lomonaco) – El hospital Shifa, el más grande de la Franja, en el centro de la ciudad de Gaza, está sitiado; los militares israelíes han rodeado la estructura bajo la cual creen que se esconde el jefe de Hamás en Gaza, Yahya Sinwar, desaparecido hace tiempo perseguido por Israel, que lo considera el primer responsable de las masacres del 7 de octubre.
Mientras que el Primer Ministro Benjamín Netanyahu, a pesar de las advertencias estadounidenses, reiteró que el ejército “mantendrá el control sobre Gaza incluso después de la guerra”, rechazando la idea de depender de “fuerzas internacionales” para la gestión de la Franja propuesta por muchos líderes europeos, en un modelo Unifil, la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano.
Según la inteligencia israelí, que ha aportado diversas pruebas a este respecto, incluidos testimonios de milicianos capturados, Shifa esconde bajo su superficie el mando central de la facción islámica, desde donde dirige todas las operaciones. Y donde metería 500.000 litros de combustible. Acusaciones rechazadas por Hamás, que habla en cambio de un hospital normal, actualmente lleno de desplazados llegados del norte del enclave palestino.
“Es una mentira absoluta que el centro de mando de Hamás esté escondido debajo del hospital”, afirmó el director del centro de salud Muhammad Abu Salmiya, denunciando que una incursión israelí esta mañana dañó la clínica ambulatoria del hospital. Hamás informó que “13 mártires” murieron en el ataque y decenas resultaron heridos.
Según el testimonio de un enfermero de Shifa difundido por Médicos Sin Fronteras, “el centro fue alcanzado” mientras se dirigía al trabajo: “Todos nosotros -dijo Maher Sharif- estábamos horrorizados, algunos se tiraron al suelo. Vi cadáveres, entre ellos mujeres y niños. Una escena horrible que nos hizo llorar a todos.” El propio director de Shifa afirmó luego que durante el día recibió “unos cincuenta cadáveres tras el bombardeo de una escuela” en la ciudad de Gaza, donde había numerosos desplazados.
La batalla se libra no sólo alrededor de Shifa sino también en otros hospitales de la ciudad de Gaza: Rantisi, Nasser y Al Quds. Los dos primeros comenzaron a evacuar a los pacientes a lo largo de un corredor humanitario hacia el sur de la Franja. A diferencia de Shifa, donde los milicianos de Hamás habrían impedido que el personal del hospital dejara salir a los pacientes.
El portavoz militar israelí, Daniel Hagari, negó que se hubieran producido bombardeos en Shifa o Rantisi. Pero advirtió que “si el ejército israelí ve a terroristas de Hamas disparando desde hospitales en Gaza, hará lo que sea necesario”.
En el progresivo aislamiento de la ciudad de Gaza, el ejército también tomó el control del despacho de Muhammad Sinwar, hermano del líder de Hamás, y se anunció la muerte de Reua Hamam, sobrino del líder de la facción Ismail Haniyeh que vive en Qatar. En la parte norte, Israel continúa el trabajo de desmantelar las estructuras militares de Hamás.
En Jabalia fueron asesinados dos líderes de la unidad Nukbha que participaron en el ataque del 7 de octubre: Ahmed Musa y Omar Al-Hindi. Junto a ellos fue eliminado el jefe de la unidad de francotiradores de la Brigada Norte de Hamás, Mohammed Kahlout. También en el norte, el bastión del batallón Shati en Badr fue destruido, con la muerte de 150 milicianos en los últimos días. El puesto de avanzada estaba ubicado cerca de un campo de refugiados y edificios civiles.
Mientras tanto, hoy se ha reabierto un corredor humanitario para evacuar de norte a sur a la exhausta población (hasta ahora han pasado por allí más de 100.000 palestinos), mientras que el destino de los 240 rehenes en manos de Hamás y otras facciones palestinas sigue siendo incierto. Al Arabiya difundió rumores sobre un acuerdo para intercambiar 100 mujeres y menores palestinos detenidos por el mismo número de rehenes. Pero una fuente política israelí lo negó todo. Y el portavoz militar instó a “no perseguir rumores incontrolados”.
Si Gaza sigue siendo el frente principal -desde donde continúan los ataques con cohetes hacia el Estado judío, incluido Tel Aviv (2 heridos)-, el del Líbano sigue siendo motivo de preocupación para los israelíes.
Por la tarde tres drones se infiltraron en el norte del país y un misil hirió a tres militares. El Hezbolá libanés ha llamado a unos 1.500 combatientes del norte de Siria a su patria y ha informado de la muerte de siete de sus milicianos.
En Gaza, las víctimas anunciadas por Hamás ascienden ahora a 11.078 -una estimación que Washington también considera “exacta”- mientras que Israel ha revisado a la baja el número de muertos el 7 de octubre, de 1.400 a 1.200: “Porque había muchos cadáveres que no han sido identificados y ahora pensamos que pertenecen a terroristas, no a israelíes”, explicó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Lior Haiat. (ANSA).
Foto: Desolación, muerte y pánico. Gaza es un infierno / ANSA
Fuente: Uypress