Ciencia y Tecnología

Desafío ambiental: Buscando un cambio de paradigma

¿Es posible pensar en sustentabilidad con los modelos actuales de producción? El magíster en Política Energética y Ambiental, Osvaldo Girardin, desnuda falencias y contradicciones en materia de políticas para el medioambiente.


Las consecuencias y desafíos que trae el Cambio Climático obligan a repensar y a buscar alternativas científicas que provengan no sólo de las tradicionales “ciencias duras”, sino también desde las Humanísticas y Económicas.

Osvaldo Girardin es Magíster en Política Energética y Ambiental e investigador del CONICET. Desde hace varios años investiga y analiza los factores económicos y políticos que intervienen en los debates y legislaciones sobre el medioambiente. “Pareciera que al aspecto ambiental es necesario abordarlo desde una óptica integral porque, si se lo parcializa, deja de ser sustentable”, afirma, en diálogo con Ciencia Modulada.

¿Cómo ves nuestro sistema productivo y las políticas de medio ambiente? ¿Pueden confluir, de alguna manera?

Estamos yendo hacia un sistema que no necesariamente mejora las condiciones de igualdad ni de acceso ni de soportar las cargas. En términos de lo que es un modelo socioeconómico imperante, se complica hablar de sustentabilidad. Estamos en un modelo que va crecientemente hacia una reprimarización de la economía, donde los recursos naturales son una de las principales fuentes de donde extraer rentas. Pero resulta que las rentas se las apropian cada vez menos personas y los resultados negativos de esos modelos de desarrollo los sufre cada vez más gente. En esa desigualdad, es difícil hablar de sustentabilidad.

Más allá de los colores políticos o de las ideologías, ¿cuánta importancia o prioridad le han dado los últimos gobiernos a las políticas ambientales?

En general, la agenda depende mucho de la supervivencia. Cuando uno está en situaciones de crisis, donde aumenta la incertidumbre de la propia supervivencia a futuro, suele pasar que la agenda se empieza a llenar prioritariamente de cuestiones de corto plazo y empiecen a abandonarse las de largo plazo. Entonces, la cuestión ambiental empieza a aparecer alto en la agenda en época de crisis solamente cuando hay una catástrofe. Sino, pareciera que lo otro es más importante, o más urgente, o crucial. Lo que suele suceder es que está ese sesgo de pensar que lo ambiental lo podemos postergar, y muchas veces esa postergación y la no priorización en la agenda es lo que lleva a las crisis.

Suele pasar que, en relación a la producción, no se legisla pensando en el medioambiente. ¿Qué políticas crees que hacen falta en ese sentido?

Me da toda la impresión de que el medioambiente, por parte del sector productivo, se ve más como una molestia que como algo para tener en cuenta. Lo que hace falta es hacer aparecer como actores importantes de la toma de decisiones en lo productivo a los afectados de muchos de esos sistemas productivos. El tema sigue siendo cómo la visión de rendimiento de corto plazo sigue primando sobre otras cuestiones. Y a veces cuestiones con lo que tiene que ver con extorsión: “si lo que queres es que cubra las cuestiones ambientales, esto trae aparejados unos costos que a mí me hace despedir gente”. En situaciones de crisis, esa extorsión funciona bárbaro. Aunque, después, los eventuales recursos que generan adicionalmente por no tener en cuenta las cuestiones ambientales no lo reparten en la sociedad sino que se lo llevan. Lo que hace falta es un cambio de paradigma que es mucho más profundo que un mero cambio de políticas. Hubo leyes que en algún momento parecían que solucionaban ciertos problemas pero después se terminó judicializando todo. Y a la cuestión ambiental se le terminó dando poco poder en términos de que por ahí los lobbys presionaban para sus intereses. Hay un montón de costos que se terminan socializando y los termina pagando la gente en términos de salud. La sociedad, en algún sentido, paga costos que valen más que la plata.

Una de las soluciones que a veces se plantea, incluso desde el ámbito científico, es el de la compensación. ¿Cuán problemático puede ser eso?

Es problemático desde varios puntos de vista. El problema fundamental de la compensación surge de la economía tradicional, donde, en teoría, todo vuelve al equilibrio y donde es posible compensar a los que pierden o sacarle algo a los que ganan para que todos queden contentos. Pero eso es mentira, el mundo es termodinámico, nunca volves al equilibrio anterior, porque hay cosas que son irreversibles. ¿Cómo vas a pensar a los que murieron, a los que se enfermaron? La remediación, muchas veces, no te lleva a poder revertir los procesos y muchas veces esos procesos no van a tener vuelta atrás, va a ser una pérdida permanente.

¿Y en relación al valor?

Ese es el otro problema: ¿qué estoy compensando? ¿Estoy valorizando adecuadamente con todos los costos a la persona que estoy compensando? ¿O le estoy compensando solamente el valor del mercado de lo que yo creo que perdió? Si yo talo un bosque, podré devolver el valor de la madera que usé para un mueble, pero no compenso el hábitat, el servicio de sostén a toda forma de vida, etc. Y así con muchas situaciones, donde los problemas están infravalorados.

Generalmente, quien analiza el sistema productivo son economistas o ingenieros y ahí se terminan las disciplinas. ¿Cómo se puede resolver desde tu lugar como investigador?

Una de los posibles caminos sería dándole un contenido más integral a disciplinas que tienen su propia anteojera y no miran alrededor. Los economistas en general, para tener en cuenta el ambiente, tenemos que ser autodidactas o formarnos en algún posgrado, porque en general en la carrera no te dan herramientas. Para solucionar un tema ambiental tenes que interactuar con otras disciplinas que tienen matrices de pensamiento que no son variables económicas. Los economistas en general no estamos preparados para pensar en términos multicriteriales, sino en análisis de costo-beneficio. Eso se da en innumerables disciplinas, donde no se está acostumbrado a trabajar con tipos que no piensan con el mismo enfoque propio.

*Entrevista cedida al programa Ciencia modulada, de la Agencia CTyS-UNLaM, que se transmite por FM 89.1 de la Universidad Nacional de La Matanza y la Asociación de Radios Universitarias Nacionales (ARUNA).

Fuente: Agencia CTyS-UNLaM

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