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Balanza turística negativa: menos extranjeros llegan, más argentinos se van

El último informe del INDEC reveló un desequilibrio crítico en el turismo internacional argentino: caen las llegadas de extranjeros y crecen con fuerza las salidas de residentes. El saldo de septiembre de 2025 fue el más negativo en los últimos años, impulsado por la baja del turismo regional y un gasto creciente en el exterior.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) presentó los resultados del turismo internacional correspondientes a septiembre y el tercer trimestre de 2025, en colaboración con distintos ministerios nacionales.

El informe confirma una brecha sin precedentes entre el turismo receptivo (no residentes) y el emisivo (residentes), con un saldo internacional altamente negativo.

Un saldo negativo que preocupa

Durante septiembre, la cantidad de turistas no residentes que ingresaron al país fue de 374,8 mil, una caída interanual del 18,9%. En cambio, 706,4 mil argentinos viajaron al exterior, lo que representa un crecimiento del 21,8%.

El resultado: un saldo deficitario de 331,7 mil turistas, mientras que el saldo total de visitantes —incluyendo excursionistas— alcanzó los 562,2 mil negativos.

La tendencia se repite a nivel trimestral. En los principales pasos aéreos (Ezeiza y Aeroparque), el saldo fue negativo en 513,4 mil turistas. Este desequilibrio refleja una salida de divisas significativa y una pérdida de competitividad del destino Argentina en el contexto regional.

Vías de acceso: el dominio del transporte aéreo

El movimiento aéreo concentra más de la mitad del turismo total. Sin embargo, su composición cambió: mientras el turismo emisivo creció 28,1%, el receptivo cayó 6,7%.
Las vías terrestres y fluviales mostraron caídas aún mayores en el ingreso de turistas extranjeros (−28,8% y −26,7%, respectivamente), principalmente por el descenso del turismo regional.

Brasil, el destino estrella de los argentinos

El turismo emisivo tuvo su mayor crecimiento en Brasil (+64,9%), seguido de Resto de América (+32,6%) y Bolivia (+24,8%). En cambio, Estados Unidos y Canadá fueron los únicos destinos con una baja (−6,0%).

El gasto total emisivo ascendió a USD 598,2 millones, casi tres veces el gasto receptivo (USD 208,5 millones).

Turismo receptivo: desplome regional y leve recuperación europea

Las llegadas desde países limítrofes —que representan casi el 70% del turismo receptivo— cayeron de forma generalizada: Uruguay −37,1%, Chile −30,9%, y Brasil −19,1%.

Solo Europa (+6,9%) y el Resto del mundo (+31,9%) mostraron crecimiento. Los visitantes de Estados Unidos y Canadá también aumentaron levemente (+2,4%).

El gasto turístico: dos ríos desiguales

El informe describe un fenómeno económico comparado con “dos ríos”:

el receptivo, más corto pero con caudales concentrados (como los brasileños en Mendoza o Ezeiza), y el emisivo, amplio y profundo, que moviliza grandes volúmenes de gasto hacia el exterior.

El gasto diario promedio del turismo emisivo fue de USD 94,9, con picos en Estados Unidos y Canadá (USD 126,7).

En cambio, el receptivo promedió USD 86,6, destacándose el gasto de los visitantes brasileños (USD 114,5).

Patrones de alojamiento y motivo de viaje

Los aeropuertos principales (Ezeiza y Mendoza) concentran turistas que viajan por vacaciones y ocio, alojándose en hoteles de 4 y 5 estrellas.

Por su parte, los accesos terrestres o fluviales (como Cristo Redentor y Puerto de Buenos Aires) registran mayor peso de visitas familiares y estadías más cortas, con predominio de alojamiento en casas particulares.

En Córdoba, el 46% del turismo receptivo viaja para visitar familiares, mientras que en Mendoza, el 74% lo hace por vacaciones. Estas diferencias reflejan la diversidad del mapa turístico argentino y la influencia regional en los patrones de movilidad.

El desequilibrio estructural

El INDEC concluye que la contracción del turismo receptivo y el auge del emisivo generan una balanza turística cada vez más deficitaria.

Aunque ciertos segmentos —como el turismo brasileño de alto gasto— mantienen un comportamiento positivo, no compensan la pérdida general en volumen de visitantes.

En términos económicos, este fenómeno implica una salida neta de divisas y un menor ingreso de dólares turísticos, afectando la sustentabilidad del sector.

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